miércoles, 27 de mayo de 2015

BEDUINOS

"Nuestra inclinación natural para compartir y cooperar se complica cuando los recursos son abundantes y los peligros externos son pocos. Cuando tenemos menos tendemos a estar abiertos a compartir nuestros bienes"

Simon Sinek


F. está desesperado. Compró una casa en Calafell en 2005 por 264.000 euros. La tiene casi pagada, pero una serie de problemas de salud y de problemas económicos le han obligado a irse a vivir a casa de un familiar cerca de Barcelona.

Hace ocho meses, esta triste situación, le llevó, además de abandonar su hogar, a decidir ponerlo en venta. Lo dejó a tres agencias sin exclusiva. Nunca más tuvo noticias; y, esta semana, agobiado por la situación fue a hablar -buscando una solución a la desesperada- con un agente de la ciudad donde reside actualmente. Ese agente, un tipo preparado y profesional, le dijo que él no podía ayudarle a vender una casa en Calafell pero que, si se lo permitía, se pondría en contacto conmigo para que asesorase a F.

Esta mañana me he reunido con F. en la casa que quiere vender. Le he dado una buena noticia, ¡estamos vendiendo más casas que nunca! Y una mala, la caída del precio de la vivienda hace que su casa valga aproximadamente la mitad de lo que le costó. Aunque no le ha gustado escucharlo, es normal, ha entendido mis razonamientos y me ha encargado la venta en exclusiva compartida (con los colegas de la asociación local; y con quien haga falta) de su vivienda de Calafell. F. sabe que no va a volver a vivir allí, que mantener esa propiedad le cuesta asumir unos gastos que ahora no se puede permitir y que, si cancela la deuda, podrá rehacer su situación económica. Me he comprometido con él a trabajar muy activamente para venderla, en las mejores condiciones posibles, cuanto antes y a mantenerle informado de todo el proceso par que él pueda tomar las mejores decisiones para sus intereses.


Mientras escuchaba la historia de F., he recordado un párrafo de un libro interesantísimo que estoy leyendo actualmente. Cuenta Simon Sinek en Los líderes comen al final que "nuestra inclinación natural para compartir y cooperar se complica cuando los recursos son abundantes y los peligros externos son pocos. Cuando tenemos menos tendemos a estar abiertos a compartir nuestros bienes. Una tribu beduina o una familia mongol nómada no tiene gran cosa, pero les agrada compartirlo, porque hacerlo redunda en su beneficio. Si usted los encuentra en sus viajes, le abrirán su casa y le ofrecerán alimentos y hospitalidad. No sólo lo hacen porque son personas hospitalarias, sino porque su supervivencia depende de compartir, porque saben que quizá algún día pueden ser ellos los viajeros que necesiten comida o refugio. Irónicamente, cuanto más tenemos mayores son nuestras vallas, más sofisticado nuestro sistema de seguridad para mantener lejos a la gente y menos queremos compartir".

Como decía, mientras escuchaba a F., me he acordado de estas líneas y he pensado que, tal vez, hay agentes que van sobrados y que no necesitan compartir. También he pensado, qué pasará con las MLSs (proyectos de cooperación inmobiliaria) que no trabajan en exclusiva compartida lo suficiente, cuando el mercado se vuelva de nuevo un mercado de vendedores. Y, también he pensado, que quiero ayudar a F. a solucionar su situación. Y que voy a hacerlo del modo más potente que conozco: compartiendo la venta con otros agentes. ¡Vamos allá, F.!      

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