“El ingrediente más importante en la fórmula del éxito es
saber llevarse bien con las personas”
Theodore Roosevelt
A veces, lo que un agente inmobiliario busca durante años, se precipita en una semana.
He trabajado persistentemente durante diecinueve años para lograr trabajar solo en exclusiva y con recomendaciones. Si te centras en las personas, mantienes la relación y te olvidas de los malditos ladrillos, verás cómo empiezan a pasar cosas extraordinarias.
Esta semana, tres antiguos clientes míos, han venido a buscarme para que venda sus apartamentos y sus casas de Calafell. Como agente, no hay nada que me produzca más satisfacción. Mucha más que vender una casa.
Los señores A. compraron en 2008 un pequeño apartamento conmigo en la playa de Segur de Calafell. Se han hecho mayores y los achaques les llevan a deshacerse de él. Me confiesan que no se acordaban de dónde estaba ImmoBan pero que se acordaban del Sergi y que fueron preguntando por el pueblo hasta dar conmigo. Nos reímos juntos y me han encargado el trabajo.
G. y L. compraron en 2012 un ático de una habitación con una gran terraza con vistas al mar para desconectar, los fines de semana y las vacaciones, de la gran ciudad. Ahora la familia ha crecido y deciden venderlo para comprar uno más grande. Me llaman, me explican, me dan las llaves y la documentación, me firman el encargo y me pongo en marcha para ayudarles a vender y para ayudarles a comprar.
J.M. compró una casa de obra nueva en una urbanización de Calafell en el año 2000. En esa época yo trabajaba en otra agencia. Durante todos estos años, su hermana y un primo suyo también compraron conmigo. Ahora quiere vender la casa porque se traslada por trabajo y me ha venido a encontrar a ImmoBan.
Estos tres ejemplos recientes de clientes que repiten su experiencia de comprar o vender una vivienda en Calafell, no los cuento para vacilar, ni mucho menos. Los cuento porque algunos agentes con los que he hablado, cuando voy a dar alguna charla, tienen que hacer un gran esfuerzo (en tiempo, en dinero y en insatisfacciones) prospectando para conseguir clientes que confíen en ellos. Cuando podrían dedicar esos esfuerzos en hacer algo mucho más gratificante: mantener la relación con sus clientes.
Nunca debemos olvidar que no estamos cerrando una operación, sino abriendo una relación.
Este es uno de los grandes secretos de El poder de la exclusiva.
Me voy a ayudar a estas familys, ¡que la fuerza os acompañe!