"La soledad se admira y desea cuando no se sufre,
pero la necesidad humana de compartir cosas es evidente"
Carmen Martín Gaite
Leo en las redes sociales que algún inmobiliario empieza a decir que cuando regresen los buenos tiempos (esos tiempos de bonanza o de exceso que quizás no debían haber existido porque hicieron más daño que otra cosa) los inmobiliarios dejaremos de cooperar entre nosotros para ayudar a vender o a comprar a nuestros clientes. Y me cabreo, porque no quiero que eso ocurra. Y, al mismo tiempo, me chirría porque resulta que el 6 de noviembre voy a Málaga a dar una charla sobre cooperación y hay casi 200 inmobiliarios inscritos. ¡Esto no me cuadra!
Muchos inmobiliarios (y cada vez se unen más) hemos aprendido durante los últimos ocho años que la exclusiva, la cooperación y la agencia son los tres conceptos fundamentales de una nueva forma de trabajar que nos pide el mercado tras la crisis y, sobre todo, tras la llegada de internet. Y aunque el mercado cambie de nuevo, los clientes no querrán perder las cosas buenas que podemos hacer los inmobiliarios. Y los inmobiliarios seremos muy tontos si no le damos a los clientes las cosas que son buenas para ellos.
La EXCLUSIVA se fundamenta en la confianza y en la lealtad entre alguien que quiere vender (el vendedor) y alguien que quiere ayudarle a vender (el agente del vendedor). La exclusiva solo tiene utilidad y potencia si es compartida; es decir si COOPERAMOS. Y la cooperación nos lleva a la ley de AGENCIA; o sea, a ser agentes de solo una de las partes. O somos agentes del vendedor o somos agentes del comprador. Y la intermediación queda superada.
Espero y deseo que los agentes que hemos adquirido la cultura de la exclusiva, de la cooperación y de la representación en beneficio de nuestros clientes y nuestros mercados no volvamos hacia atrás. Y espero y deseo que los insinuantes "brotes verdes" no nos lleven a dejar solos a nuestros clientes porque entonces también nos quedaremos solos nosotros. No más tiempo solos, ¡por favor!