"Hay palabras que solo gastan aire"
Lars Meier
Hacía días que no escribía en el blog. No he tenido tiempo. Mentira. Es mentira que no he tenido tiempo. Lo que no he tenido es ninguna idea ni ninguna historia interesante que compartir. Y, como dice mi amigo Lars Meier, "Hay palabras que solo gastan aire". Es decir, escribir por escribir es una tontería. Y decir tonterías es perjudicial para la reputación de un agente inmobiliario. En cambio, contar cosas interesante es interesante para la reputación y para la imagen de un inmobiliario.
Y la reputación de un agente inmobiliario se construye en la calle y en la red.
Estos días he leído en Facebook que pocos inmobiliarios han sido capaces de mantener activo un blog. Algunos se excusan en que no tienen tiempo. Lo del tiempo daría para escribir un libro. Cuando era pequeño, y suspendía un examen, siempre decía que no había tenido tiempo de estudiar más. Escribir un pequeño artículo en un blog te puede llevar diez minutos. Pongamos treinta entre que lo editas y lo pones bonito. Claro, te lleva treinta minutos si tienes algo interesante que decir y lo sueltas. Si no tienes nada interesante que compartir, haces bien en no escribir un blog. Ahora bien, si tienes cosas interesantes que decir (y los inmobiliarios vivimos un montón de historias interesantes a diario) y las sabes decir, escribir un blog es una buena idea, porque los blogs son herramientas fantásticas para generar confianza y para construirte eso que ahora llaman marca personal o branding. O sea, palabros raros aparte, los blogs te posicionan en la mente de la gente. Y con ellos consigues los llamados conectores. Cuando te dicen perro piensas gato y cuando te dicen piso/casa-Calafell piensas Sergi. Me pongo yo de ejemplo, si no le importa, ya que es mi blog.
Volvamos a lo del tiempo. El tiempo es limitado y tenemos que elegir. Si elegimos escribir un blog, descartamos dedicar ese tiempo a otros menesteres. Es lo del coste oportunidad. Tú eliges. Y si eliges escribir un blog, hazlo. Escribe habituamente, sé constante, no te guardes el último esfuerzo y con el tiempo verás que, gracias al esfuerzo que has invertido en el blog, te empiezan a suceder cosas extraordinarias.
También he leído en Facebook estos días que en un foro de inmobiliarios han llegado a la conclusión que Facebook no es un buen lugar para conseguir leads de vendedores y de compradores. Es falso. Facebook es de nuevo un lugar excelente para posicionarte en la mente de la gente, siempre y cuando tengas un perfil personal activo y cuentes cosas interesantes. Porque uno de los objetivos principales de un inmobiliario es conseguir leads (es decir, contactos; o, yendo un poco más allá, relaciones) y para conseguir leads tienes fundamentalmente dos caminos: perseguir (hacer lo que conocemos como prospección; o sea, llamar a puertas de desconocidos) o atraer (o sea, conseguir que la gente hable de ti, te contrate y te recomiende). Para un agente inmobiliario es fundamental ser un poco popular en su calle, en su barrio o en su pueblo (y Facebook no deja de ser una plaza más del pueblo); porque, como comentábamos recientemente en una sesión de networking que moderé en el evento Inmociónate, el mercado puede cambiar. Puede subir, puede bajar. Puede ser de vendedores, puede ser de compradores. Puede haber más inventario, puede haber menos inventario. Pueden abrir agencias, pueden cerrar agencias. Puede surgir la tecnología, pueden surgir los robots. Sin embargo, hay cosas que no cambian. ¿Generas confianza o no generas confianza?
Los blogs, las redes sociales, las calles del pueblo, son lugares para generar confianza, para estar en la mente de la gente cuando te necesiten y para ser visible, porque si no te ven, no te compran.
Cuenta la leyenda que el torero Luis Miguel Dominguín tuvo un affaire con la actriz Ava Gardner. De Ava Gardner decían que era el animal más bello del mundo. Tras hacer el amor con Ava, Dominguín empezó a vestirse a toda prisa y ésta le preguntó, "¿Adónde vas?" Y el torero le contestó: "¡A contárselo a mis amigos!"
Sé más discreto que Dominguín pero no seas el hombre o la mujer invisible y cuéntale al mundo todas esas cosas que sabes y esas cosas que haces. Te lo agradecerán y te contratarán, sea cual sea la coyuntura del mercado. ¡A puto tope!