sábado, 20 de julio de 2019

SEAMOS CÁLIDOS

"Muchas personas pasan por nuestra vida pero sólo muy pocas llegan a ocupar un gran lugar en nuestro corazón"

Adam Smith



Los clientes valoran más nuestra calidez que nuestros conocimientos.

Me contaba mi amigo Fernando García Erviti que en Estados Unidos se hizo un estudio para entender porqué los médicos eminentes, los más prestigiosos, tenían más denuncias cuando se equivocaban que otros médicos no tan eminentes o no tan prestigiosos.

El resultado del estudio fue que los médicos eminentes si no eran cálidos con sus pacientes, si les trataban con distancia o si no tenían empatía, cuando cometían un error (porque todos cometemos errores) sus pacientes no se lo perdonaban. En cambio, médicos no tan prestigiosos que eran cálidos, cercanos y empáticos con sus pacientes, cuando cometían algún error (porque todos cometemos errores) sus pacientes se lo perdonaban.

Esto que acabo de contar lo podemos trasladar al oficio de agente inmobiliario. Los clientes valoran más nuestra calidez que nuestro conocimiento.

Lo veo en las reseñas que mis clientes (que son la rehostia) me escriben en Google.
"Sergi, desde el primer momento transmite esa energía positiva que sabes que hará todo lo que pueda por su cliente, y eso hace, a lo que se une su profesionalidad, seriedad, sinceridad, disponibilidad y cercanía, se nota que ama su trabajo".

"Trato muy cercano, preocupado en todo momento de todas las gestiones que se tenían que hacer y que iban surgiendo. Muy amable, cordial y muy atento. Como uno más de la familia".

"Me interesan más las personas que las propiedades. Una frase que hay en esta inmobiliaria y que resume la manera de trabajar. En nuestro caso tenemos que decir que se ha cumplido al 100%. El trato recibido ha sido excepcional".

"Gracias, mil gracias por tu trato, tu profesionalidad, por la seriedad, tus consejos, por ser persona y porque debes ser un ejemplo a seguir por todos".

"Me gustó que no se tuvo de desdecir de nada en ningún momento: no exagera y no promete lo que no esta en su mano".

"Profesionalidad, cercanía, seriedad, confianza... son las palabras que mejor describen a estos profesionales en las diferentes veces que he tenido que contar con sus servicios".

"Profesionalidad, eficacia y humanidad, la mejor definición para Sergi y su equipo!"

"La venta de un piso aunque sea la mejor de las decisiones supone una pérdida que deja recuerdos e ilusiones que no se van a cumplir. El equipo de immoban y en particular Sergi consiguen facilitar este proceso: con un trato directo, sincero y profesional ofrecen seguridad, sencillez y el apoyo necesario para llevar a cabo la operación con éxito y rapidez. Totalmente recomendable, han hecho cambiar radicalmente mi opinión sobre las inmobiliarias".

"Contactar con immoban es lo mejor que me ha podido pasar, cuando conocí a Sergi desde el primer momento me dio confianza y optimismo que ya lo necesitaba después de un tiempo de contactar con otras agencias y no ver ningún resultado".

"Decidí poner mi casa en venta en un momento de nuestras vidas muy delicado y me sentí arropada desde que entraron ha realizar su álbum fotográfico. Realistas, sinceros pero lo más importante atentos y profesionales. Fue una venta complicada por mi parte, pero Sergi especialmente siempre estuvo para poder ayudarme y gestionar todos los obstáculos que iban surgiendo".
Energía positiva, cercanía, amabilidad, atención, confianza, humanidad, trato directo, sinceridad, apoyo, optimismo,... nadie dice "es que sabe mucho". Porque la gente valora más la calidez que el conocimiento. Seamos cálidos!!

viernes, 5 de julio de 2019

EL ALTO PRECIO DE LA PROPIEDAD

"Todo hombre [y mujer] vive del intercambio, o se convierte en cierta medida en mercader, y la propia sociedad se desarrolla para llegar a ser lo que es propiamente una sociedad comercial"

Adam Smith


No tengo prisa, no lo quiero regalar, mi casa es mejor,...

Los vendedores siempre dicen lo mismo. Los inmobiliarios no nos podemos sorprender.

Piensa en ello durante unos minutos. ¿Por qué el vendedor de una casa suele valorar esa propiedad más que el potencial comprador? ¿Por qué el vendedor de un automóvil piensa siempre en un precio superior al del comprador? ¿Por qué el propietario actual quiere más dinero del que está dispuesto a pagar el posible propietario futuro?

Como escribe Dan Ariely en el excelente libro Las trampas del deseo, "La propiedad impregna toda nuestra vida y, de una forma extraña, configura muchas de las cosas que hacemos".Gran parte de la historia de nuestra vida tiene relación con nuestra posesiones particulares. Compramos ropa y comida, automóviles y viviendas y también vendemos viviendas y coches y, en nuestra vida profesional, nuestro tiempo. 

Dado que gran parte de nuestra vida está dedicada a la propiedad sería magnífico tomar siempre las mejores decisiones al respecto. Y, sin embargo, nos equivocamos a menudo, o vamos dando palos de ciego, debido, como reflexiona Ariely, a tres rarezas irracionales de nuestra naturaleza humana.

La primera rareza es que nos enamoramos de lo que ya tenemos. Supón que decides vender tu casa. Lo primero que harás, antes de poner el cartel en la terraza, será recordar lo que has vivido en ella. El nacimiento de tus hijos, las fiestas de Navidad o el esfuerzo que te costó comprarla.

La segunda rareza es que prestamos más atención a lo que podemos perder que a lo que podemos ganar. En consecuencia, antes de poner precio a nuestra querida casa, pensamos más en que la perderemos que en lo que podremos hacer con el dinero de la venta. Nuestra aversión a la pérdida es una emoción fuerte que a veces nos hace tomar malas decisiones.

La tercera rareza es que suponemos que los demás verán la transacción desde la misma perspectiva que nosotros. De algún modo, esperamos que el comprador de nuestra casa compartirá nuestros sentimientos, emociones y recuerdos. Por desgracia, lo más probable es que el comprador esté pensando en lo que se tendrá que gastar en reformar la cocina o se esté fijando sobre todo en la mancha de humedad que hay en el techo del baño.

No hay ninguna cura conocida para los males de la propiedad. Como decía Adam Smith, se halla entretejida en nuestras vidas. Pero el hecho de ser conscientes de ello sí puede ayudar en algo.

Si decides vender, busca un agente inmobiliario que te ayude a tomar las mejores decisiones y a evitar las trampas de la propiedad.