sábado, 28 de noviembre de 2020

ENTREVISTA INMOLOVERS


*Esta entrevista me la hicieron para un proyecto llamado Inmolovers que no llegó a hacerse realidad. La publico en mi blog por si a alguno de mis lectores le apetece leerla.


- ¿Qué querías ser de niño? 

De niño quería ser superhéroe. Bueno, bromas aparte, uno de los oficios que me gustaba era el de pintor. Pero no un artista, no se vayan a creer. Quería ser pintor “de brocha gorda” porque cuando el pintor venía a mi casa y era rápido, limpio y esmerado, mis padres, a la hora de pagarle, le pagaban con una sonrisa. Estaban felices. Y yo pensaba, ¡wow!, cómo mola este trabajo, cobra y le sonríen. 


- ¿Cuál fue su primer trabajo, su primer sueldo? 

Mi primer trabajo fue a los trece años en la carpintería de mi tío Ángel. Consistía en barrer el serrín que dejaban las máquinas, ponerlo en unas bolsitas de plástico e ir a las tiendas, a los bares y a los restaurantes de Calafell a venderlo. Aprendí algunas de las nociones básicas del trabajo por objetivos. Si salía a la calle con diez bolsas y las vendía rápido, podía volver a la carpintería a fabricar más bolsas. En cambio, si algún día no lograba vender todo el stock, al día siguiente tenía un objetivo más complicado. 

Ganaba 1.000 pesetas a la semana. Y se las daba a mi madre para echar un cable en casa. 

- Eres un orador de primera, que sabe comunicar muy bien. ¿La carrera de filología ha influenciado tu carrera profesional? 

Sí. Claro que sí. Las lecturas me han ayudado a comunicarme mejor. Y no tanto en un escenario; sino, sobre todo, con mis clientes. 

Y, por otra parte, la ventaja de hacer una carrera, debido al esfuerzo que requiere, es que te da una cierta facilidad para aprender. 
  

- ¿Cómo llegaste a entrar en el sector inmobiliario? ¿Por interés, por necesidad…? 

Por casualidad. En los años 90 tuve, durante cinco años, un bar musical con mi amigo Ramón. En invierno, en el tiempo libre que me quedaba, estudié la carrera. 

En 1998, mientras terminaba el último año de la carrera, dejé el bar, porque ya no nos daba para comer a los dos, y fui a trabajar al mejor restaurante de Calafell, La Masia de la Platja. 

Cuando terminó ese verano, un día, mi madre, Nela, me dijo que José María, el propietario de una inmobiliaria, quería hablar conmigo. Fui a hablar con él y me ofreció trabajo. 

Como desconocía totalmente ese oficio, le dije a José María que, si le parecía bien, iría a probar quince días. Esto sucedió a mediados de octubre de ese 98. Y hasta hoy sigo siendo agente inmobiliario. 


- ¿Cuándo viste que ser comercial inmobiliario era lo tuyo? 

Volviendo a los inicios. Cuando llevaba una semana en la inmobiliaria de José María, me sentía muy preocupado porque en todos mis trabajos anteriores (había trabajado, además de en la carpintería, en bares, en tiendas y en restaurantes) siempre había una caja registradora. La gente entraba, tomaba algo, pagaba, le dabas las gracias y el cambio y se iba o entraba, comía, pagaba, le dabas las gracias y el cambio y se iba. En cambio, en esa inmobiliaria llevaba una semana buscando la caja registradora y no la encontraba. Entonces le dije a José María que tenía que hablar con él. 

Pasé a su despacho y le hice dos preguntas. La primera era cómo se hace para vender un piso y la segunda cuántos pisos tenía que vender. Me dijo que si vendía un piso al mes justificaba mi puesto de trabajo; si vendía dos, estaba muy bien; y, si vendía más de dos, era un crack. 

No sé si por mi “chulería” innata o por mi inocencia juvenil, le dije a José María que iría a trabajar en noviembre y que, si vendía más de dos pisos, me quedaría. De lo contrario, volvería a la Masia de la Platja, porque allí era un crack. 

A veces pienso que alguien me ha tocado con una varita mágica o que tengo una flor en el culo. Ese mes de noviembre de 1998 vendí cuatro pisos y así empezó mi carrera como agente inmobiliario. 

Sin embargo, lo que más me fascinó fue el brillo en la mirada de la primera persona que me dijo “¡me lo quedo!”. 

Nunca antes nadie me había pedido una Coca-Cola con ese brillo en la mirada. Nunca antes nadie me había pedido una paella con ese brillo en la mirada. Nunca antes nadie me había comprado una bolsa de serrín con ese brillo en la mirada. Y pensé, ¡wow!, este trabajo es fantástico, la gente está feliz, como mis padres cuando venía el pintor a casa. 


- Te has formado como CRS. ¿Qué significa ser un CRS? ¿Qué tipo de formación te dan diferente a la que puedas tener con otros cursos? 

CRS fue muy importante para mí en un momento de cambio. Hice los cursos en 2010 y me cautivó la idea de ser el inmobiliario de cabecera de mis clientes, como les sucede a esos inmobiliarios americanos que hasta ese momento solo habíamos visto en las películas. 

Pienso que los cursos CRS te dan las claves básicas para ser un buen inmobiliario: las personas, la exclusiva, la cooperación, el marketing, la recomendación, la gestión del tiempo, la planificación del negocio,… Los básicos. Los fundamentos, porque, como le escuché decir a Mike Selvaggio en el curso Ninja Selling, “lo avanzado es el dominio de lo básico”. La cita que más me ha marcado en mi vida profesional. Y eso también fue gracias a CRS y al primer Inmociónate. 

- Eres una persona muy activa en el entorno online. El blog del Carbasses, cuyo nombre homenajea a tu padre y tu abuelo. ¿Por qué decidiste crear este blog? ¿Cuál es el secreto de su éxito? 

Como tantas otras cosas que me han ocurrido, empezar a escribir un blog en 2008 fue algo casual. 

Recuerdo que durante un curso de Ignacio Castillo hizo un comentario, como de pasada, en el que dijo que podía ser importante para un inmobiliario tener un blog. 

Al día siguiente, entré en Blogger y creé El blog del Carbasses. Y hasta hoy. 

El secreto El blog del Carbasses quizás es que en él encuentras historias. Historias con las que te puedes identificar. Historias que me parece (con humildad) que gustan a los lectores. 

Y el otro secreto, por si alguien se anima a escribir un blog, es la constancia. Darle a las teclas durante diez años no es fácil, pero merece mucho la pena, porque el blog genera mucha confianza. 


- De dónde sale la idea de montar un congreso en una localidad tan pequeña como Calafell. ¿Cómo surgió la idea de hacer algo así, tan grande? ¿Cómo consigues captar la atención de profesionales del sector de todo el estado? 

De nuevo tengo que hablarte de las casualidades. En 2011 organicé un curso CRS en Calafell y fue un gran éxito de asistencia. Mi amigo Fenando García Erviti siempre dice que el de Calafell es el curso CRS más masivo que se ha hecho en España. 

Y, entonces, se me fue la olla y dije, “¡el año que viene organizo un congreso!” 

Y así empezó el evento #AIC. Por el camino fui modelando el formato hasta que se convirtió en lo que es actualmente. Un evento en el que una mezcla de profesionales de otros sectores alejados del inmobiliario, de inmobiliarios y de “personajes locales” suben a un escenario para hablar de un tema central. 

En #AIC hemos hablado del cambio, de cómo decidimos, de la inteligencia colectiva, de creatividad, de pasión, de tecnología, de liderazgo, de aprender de los mejores y (en la última edición, celebrada el pasado 8 de marzo) de vender es humano. Y creo que por su peculiaridad, por su transversalidad, por el cuidado de los detalles y por ser un congreso muy familiar, se ha convertido en un evento de culto para algunos inmobiliarios. 


- Eres un ponente muy reputado en congresos y jornadas inmobiliarias con una ponencia llamada El Poder de la Exclusiva. ¿De qué hablas? 

El poder de la exclusiva es un taller itinerante de cinco horas que hago cuatro veces al año. Hablo de mi forma de ver, de entender y de vivir un oficio tan apasionante como el nuestro. Y cuento mis secretos, mi forma de realizar este trabajo o mi método, si lo quieres llamar así. 


- ¿Cómo debe ser un buen comercial inmobiliario? 

Buena persona, cálido o cálida, responsable, constante, solucionador y veloz. 


- Tú siempre hablas de que hay que valorar antes a las personas que a las propiedades. ¿Cómo se traslada esto al día a día en el que un comercial vive por cumplir unos objetivos de venta? 

Centrarte en las personas y pasar de los ladrillos no está para nada reñido con cumplir objetivos. De hecho, van de la mano. 

En el momento que pasas de los pisos y de las casas y te enfocas en las personas, en escucharles, en conocer sus historias y en asesorarles, todo se transforma. De eso también va El poder de la exclusiva. 

Y, además, como dice mi amigo mejicano Pedro Trueba, “el dinero viene atrasito”. 


- ¿Cuál ha sido la experiencia profesional más rica de su vida laboral? 

Gracias a este oficio he vivido muchos dramas y algunos fracasos, pero los momentos gratificantes superan con creces a los momentos duros. He conocido a gente extraordinaria, la lista sería interminable, y eso es lo que más me ha enriquecido y lo que más me ha hecho crecer como persona. 


- ¿Cuál es el mejor consejo que ha recibido? ¿Y el qué ha dado? 

El mejor consejo me lo dio mi padre Juanito, que en paz descanse. 

Antes los niños hacíamos EGB. Recuerdo como si fuera hoy que antes de salir a la excursión de final curso de octavo de EGB, todos los padres y las madres les decían a sus hijos, “pórtate bien”, “haz caso al profesor”, “no quiero quejas”, “no te hagas daño”... Bueno, lo típico. 

Entonces se acercó mi padre y me dijo: “Mira Sergi, más vale que una niña te dé una bofetada por tocarle el culo que no que te diga tonto por no tocárselo. Venga. Sube al autobús”. 

Con esta metáfora, Juanito, además de romper con los tópicos, con las frases hechas y con los miedos que generamos en los niños ya de pequeños, lo que me estaba diciendo es que sea cual sea tu origen, sea cual sea el lugar que ocupas en la sociedad o sea cual sea el lugar que ocupas en la empresa, siempre debes tener sueños y luchar por conquistarlos, siempre debes tener tu opinión acerca de las cosas y expresarla libremente y siempre debes perseguir a la vida con pasión y con perseverancia para alcanzar metas a largo plazo. Y también me estaba diciendo que sea cual sea tu origen, sea cual sea el lugar que ocupas en la sociedad y sea cual sea el lugar que ocupas en la empresa, siempre debes respetar a los demás. 

En definitiva, Juanito, me estaba dando una lección de lo que es la vida: “La vida te dará muchas bofetadas, pero, si te atreves, también te dará muchas alegrías. ¡Atrévete!”. 

Por mi parte, no soy de dar consejos. Si te tengo que dar uno, te diré que leas, que hagas deporte y que conozcas gente. 


- Si no fuera comercial inmobiliario, sería… 

Superhéroe. 


- ¿Qué retos tiene en su futuro profesional? 

Consolidar al equipo de immoban y que mis compañeros de viaje sean los inmobiliarios de referencia para las personas que quieren comprar una casa en Calafell. 

En cuanto a mí, seguir ayudando, mientras me queden fuerzas, a todas esas personas que vienen a buscarme para vender su casa e iniciar otra etapa. 

Y, con un único reto, que me respeten como profesional y que me aprecien como persona. 



jueves, 19 de noviembre de 2020

BY ENDURANCE WE CONQUER

 "Por la resistencia venceremos"


Fuimos muchos los que vivimos en directo la crisis económica mundial de 2008 y fuimos muchos los que la superamos a base de cambios y de resistencia, como el lema de la familia del explorador Shakelton que le inspiró el nombre del buque que le llevaría a su misión en la Antártida: Endurance.

No soy muy bueno para las fechas, pero creo que en 2015 ya estábamos saliendo de esa crisis. En junio de ese año en el evento Inmociónate escuché al conferenciante y escritor Jesús Alcoba relatar la aventura de Shakelton y su tripulación y las enseñanzas que esa extraordinaria aventura humana podían tener para los inmobiliarios (resistentes).

Después de escuchar a Alcoba leí su libro: La brújula de Shakelton (Enseñanzas de un explorador polar sobre el éxito personal).

Hoy he releído algunas notas que tomé del libro y me parece interesante compartir, brevemente, las ocho cualidades imprescindibles que, según el autor, llevan al "éxito" (lo entrecomillo porque en estos tiempos extraños quizás conviene añadir una novena, la prudencia).

1.- RUMBO. Todos los viajes comienzan por fijar una dirección. El rumbo que escogemos para nuestra vida está relacionado con el éxito.

2.- REGENERACIÓN. Cualquier viaje sufre altibajos e inconvenientes y es necesario dotarse de la capacidad para encajar los impactos de la vida. La resiliencia es esa habilidad.

3.- ENFOQUE. La conciencia plena implica estar en el momento presente, no perder de vista nuestros objetivos y concentrarnos en ellos.

4.- DUREZA. Es la capacidad de soportar situaciones incómodas, y tiene que ver con el autocontrol y la fuerza de voluntad.

5.- CONSTANCIA. La perseverancia nos ayuda a lograr nuestras metas a largo plazo. Está basada en la práctica deliberada y en los hábitos, que son los pilotos automáticos de la conducta.

6.- ENERGÍA. La gestión de la vida necesita de cuatro fuentes de energía: mental, emocional, física y espiritual. No solo todas son necesarias, sino que también lo es un adecuado equilibrio entre ellas.

7.- MENTALIDAD. Nuestros estados emocionales dependen de nuestra visión del mundo, y el éxito depende en buena medida de esos estados emocionales.

8.- CONEXIÓN. Las personas que comparten la vida con nosotros son una clave imprescindible para el éxito. 

lunes, 26 de octubre de 2020

CONCIENCIA COLECTIVA

 

El pasado domingo el Diari de Tarragona publicó un amplio reportaje en el que veinticinco personas, de diferentes ámbitos de la provincia, respondíamos a las siguientes preguntas: ¿Cómo afrontas la segunda oleada del Covid-19? ¿Estás más preocupado que en la primera oleada? ¿Cómo lo vives? 

Muy orgulloso de que contaran con un agente inmobiliario para este artículo. Esta fue mi respuesta: 

"No sé si por suerte o por desgracia, somos animales de costumbres. He adaptado mis rutinas laborales y personales a la 'nueva realidad' y, aunque mi preocupación por la crisis sanitaria y de salud no cesa, quiero ser optimista y pienso que juntos, como sociedad, saldremos de esta situación más serenos, más conscientes y más balanceados.

A nivel laboral, en Calafell se están vendiendo casas. Y hasta diría que el p*to virus ha conllevado algunos cambios en la búsqueda de vivienda. La gente quiere salir de los centros urbanos para vivir más cerca de la naturaleza, en entornos menos aglomerados y con espacios interiores en donde trabajar y exteriores en donde descansar y entretenerse. Esto beneficia a la Costa Daurada, de hecho en Calafell ha habido, en los últimos meses, un incremento sustancial del número de empadronados.

Por otra parte, con el Covid he aprendido a trabajar desde casa, voy menos horas a la tienda, y a usar herramientas tecnológicas para ser más eficaz. Si algo bueno (que esto no suene frívolo, por favor) ha traído esta pandemia es que el uso de la tecnología ha avanzado en pocas semanas de un modo abrumador. Lo que los CEOs de las grandes compañías no lograron en diez años, un bicho microscópico lo logró en dos semanas.

Dicho esto, como decía anteriormente, creo que de esta situación compleja tenemos que salir entre todos. Es un gran momento para ayudarnos los unos a los otros. Y pongo un ejemplo. Desde immoban hemos hablado con todos nuestros propietarios de locales comerciales para que ajusten los precios de los alquileres en estos meses difíciles para los empresarios y todos los propietarios, sin excepción, han estado de acuerdo en adecuar los contratos para que los negocios puedan aguantar y no tengan que cerrar.

Para concluir. No puedo esconder mi preocupación por un grave problema sanitario que afecta a la salud de cientos de ciudadanos de nuestras comunidades y que, además, conlleva una crisis económica que afecta enormemente a muchos sectores esenciales de nuestra economía. Pero quiero (repito) ser optimista. Acabaremos con el virus y juntos dibujaremos un futuro mejor para nuestros hijos."


sábado, 19 de septiembre de 2020

LABERINTOS

 "Los problemas, como los aviones, siempre vienen en cuadrilla"



Cronología de una operación desgraciada.

A mediados de enero de 2019, la familia L. me encarga la venta de su piso de Segur de Calafell. Iniciamos la comercialización y a mediados de marzo encontramos compradora. Firmamos un contrato de arras y, mientras ella está preparando la hipoteca, el 10 de abril, el hijo del señor L. me llama para decirme que su padre ha quedado incapacitado mentalmente. Necesitaremos una autorización judicial para poder vender la vivienda. Es un proceso largo. Rescindimos el contrato de arras y le devolvemos el dinero a la compradora.

Paramos la venta y se inicia el proceso judicial. A mediados de marzo del 20, cuando los señores L. tenían cita en el Juzgado, llega el maldito Covid y se paralizan todos los procesos sine die. 

Por fin, el 15 de junio de 2020 obtienen la autorización judicial que permite al hijo del señor L. vender la propiedad. Ese mismo día, firmamos un contrato de exclusiva y volvemos a poner el piso en venta.

El 22 de agosto encontramos al comprador ideal. Un señor que acaba de llegar a España para vivir cerca de su hijo, dispone del dinero para comprar y la única condición que pone es que la escritura se haga muy rápido porque quiere hacer algunas mejoras en el piso y el 14 de septiembre le llega la mudanza.

Llamo al hijo de L. para darle la buena noticia y me cuenta que hace una semana su padre está en la UCI con Covid y que, unido a todos los problemas de salud que tiene, no saben cuánto aguantará en vida. A su esposa, que es la copropietaria, le han hecho la prueba y ha dado negativo. Al hijo se la harán al cabo de dos días y hasta que no tenga el resultado no podemos fijar fecha de firma. 

El 31 de agosto me comunica que ha dado negativo, pero que a su madre le han hecho la prueba de nuevo y ha dado positivo. La han confinado en su habitación. No podemos firmar la venta de inmediato.

Dado el riesgo de que fallezca el padre y la urgencia del comprador, se me ocurre hacer un alquiler con opción de compra para que el comprador pueda entrar a vivir de inmediato y los vendedores aseguren la venta, aún en el peor de los escenarios.

Al segundo día de estar en su nueva vivienda, el comprador me llama para decirme que, tras la gran tormenta que hubo la noche anterior en Calafell, se le ha inundado el comedor. Una desgracia más. Movilizamos a las aseguradoras y, para mi sorpresa, sigue muy interesado en comprar tras tantas fatalidades. 

El 15 de septiembre me comunican que la madre ha salido de la cuarentena y que podemos firmar la venta.

Preparo la escritura para el 22 de septiembre. 

Esta madrugada ha fallecido el señor L. 

Descanse en paz.

Continuará... 

PD: Si alguien piensa que el oficio de agente inmobiliario es sencillo y tranquilo, quizás no sabe que los problemas siempre vienen en cuadrilla.

miércoles, 9 de septiembre de 2020

HAZLO

Si te dicen, 
no les digas lo que vale su casa hasta el final,
díselo en la primera frase.

Si te dicen, 
crea una base de datos, 
ponte a pasear por las calles de tu ciudad. 

Si te dicen, 
utiliza un CRM, 
no hagas ni caso, 
sueña con quedarte en la mente de la gente. 

Si te dicen, 
las charlas online deben ser cortas e interactivas, 
hazlas largas, intensas y en silencio. 

Y, sobre todo, 
si vas a intentarlo, 
dalo todo. 

No hay sensación comparable. 
Estarás a solas con los dioses y las noches 
arderán y llamearán. 

Hazlo, 
hazlo, 
hazlo, 
hazlo. 

Dándolo todo, 
dándolo todo.

(Bukowski esencial)

miércoles, 2 de septiembre de 2020

LA CAUSA JUSTA

"Esta en nuestra mano construir un mundo en el que la mayoría nos levantemos todas las mañanas inspirados, nos sintamos seguros en el trabajo y volvamos a casa sintiéndonos realizados al final de la jornada"

Simon Sinek


En un mundo extraño, aunque parezca extraño, no puedes predecir el futuro, pero sí que puedes planificar lo que vas a hacer para que, quien quiera comprar o vender una casa en tu comunidad, lo haga contigo.

Todo empieza antes (dicen en CRS).

Llevo unos días enganchado al último libro de Simon Sinek. El autor de La clave es el porqué ha escrito El juego infinito. Un texto muy adecuado para los inmobiliarios que ven nuestro oficio como un juego infinito, como una larga carrera de fondo, apasionante.

En los juego infinitos hay vaivenes constantes e impredecibles. La economía siempre va abajo y arriba. Y hasta en cualquier momento puede aparecer un virus cabrón.

Sin embargo, si tienes una Causa justa (expresión de Sinek); es decir, una visión concreta de un estado futuro que todavía no existe, jugarás a los juego infinitos. Los juegos finitos son los que empiezan y terminan. Un partido de fútbol o una venta de una propiedad. Sin embargo, la Causa justa trata del futuro. Define a dónde vamos. Describe el mundo en el que esperamos vivir y que nos comprometemos a ayudar a construir. Como dice Sinek, "Una Causa justa trata de algo que aún no se ha construido. Podemos trabajar incansablemente para construirlo como queramos y hacer mejoras constantes sobre la marcha. Nuestra Causa justa es la visión ideal de la casa que esperamos construir. Podemos trabajar toda una vida para construirla y aún no la habremos acabado. Sin embargo, los resultados de nuestro trabajo nos ayudan a dar forma a la casa. Cuando pasa de nuestra imaginación a la realidad, inspira a más personas para que se unan a la Causa y continúen el trabajo... para siempre."

Mi Causa Justa es ayudar a muchas familias y empresas en una de las decisiones más importantes para su vida económica (y hasta para su felicidad) como es comprar o vender una casa en mi comunidad, en Calafell. Y, al mismo tiempo, inspirar a otros inmobiliarios a que se centren en las personas y se olviden de los ladrillos, a que trabajen en exclusiva, a que cooperen con otros inmobiliarios, a que representen a solo una de las partes involucradas en una transacción y a que den valor añadido a sus clientes y a sus comunidades.   

viernes, 24 de julio de 2020

EN MEMORIA DE JUAN MARSÉ

"Un escritor no es nada sin imaginación, pero tampoco sin memoria, sea ésta personal o colectiva. No hay literatura sin memoria"

Juan Marsé


En 1998, mientras terminaba el último año de carrera, trabajé en el mejor restaurante de Calafell, en La Masia de la Platja.

Allí me convertí en una especie de camarero de élite. 

Recuerdo que uno de nuestros mejores clientes era el señor Ricardo Rodrigo. Rodrigo y su esposa venían con frecuencia al restaurante. Tenían buen gusto para elegir la comida, eran de una amabilidad y una educación exquisitas y siempre me dejaban unas propinas jugosas.

Un domingo al mediodía vi entrar en el restaurante al señor Rodrigo acompañado del escritor Juan Marsé. Y me quedé pasmado. Marsé es uno de mis escritores favoritos. No me atreví a decirle nada, más allá de un saludo profesional.

Las familias Rodrigo y Marsé se sentaron a comer, con la mala suerte de que ese día La Masia estaba llenísima de público y de celebraciones familiares. Su comida se retrasó y el cocinero Julià me dijo: "Ves a la mesa de tu admirado Marsé y diles que estamos retrasándonos un poco, pero que cuando empiece a salir la comida irá toda seguida y comerán de cine".

Lleno de vergüenza, me acerqué sigilosamente a la mesa y dije. "Disculpen, sé que estamos tardando un poco". Juan Marsé no me dejó terminar la frase y me cortó con un contundente: "¡Un poco bastante!"

Mi única reacción fue contestar: "¡Soy un gran admirador de su obra!"

Marsé y el resto de comensales se quedaron perplejos y entablamos una breve y divertida conversación sobre mi afición por la lectura, sobre algunos amigos que teníamos en común, como el catedrático Lluís Izquierdo, y sobre el Calafell literario de los Barral, Gil de Biedma, Hortelano, Vargas Llosa o García Márquez.

Aunque tarde, comieron bien y me dejaron una propina jugosa y alguna dedicatoria en un par de libros de Marsé.

Más adelante descubrí que Ricardo Rodrigo es el presidente de la editorial RBA.

Y la semana pasada supe, con una tristeza infinita, que ha fallecido Juan Marsé. 

Esta pequeña aventi es un homenaje al autor que tan magistralmente escribió sobre la memoria. Descanse en paz.

Fotografía: Jorge Quiñoa, tomada de Jot Down.

jueves, 23 de julio de 2020

EL INMOBILIARIO POSTCOVID

"Mi misión son mis clientes y cumplo sus encargos avasalladoramente, 

como una fuerza de la naturaleza"

Carmen Balcells


Durante dos meses estuvimos encerrados en casa. Nosotros y nuestros clientes. Poco podíamos hacer. Mantener la relación y, en la medida de lo posible, en ese momento traumático, la esperanza. 

Estar cerca del cliente, detrás o delante de la pantalla, fue la prioridad.

El Covid-19 nos volvió más sensibles, a los inmobiliarios y a los consumidores de nuestros servicios. Vendedores y compradores comprendieron que no era momento de generar más problemas, que ya teníamos bastante con el p*to bicho. Y buscamos soluciones para seguir adelante con las ventas que ya teníamos en marcha y nos preparamos para volver fuertes cuando sonara el disparo de salida.

Y hace dos meses sonó el disparo de salida y volvimos, con prudencia y valentía, a las calles del mundo.

Desde entonces he ayudado a veintidós familias a vender su piso o su casa de Calafell. 

El mérito es de ellos porque creamos pequeños equipos de élite para hacer frente a un mercado turbulento, al que solo podíamos derrotar juntos. Y lo hicimos porque no sabíamos que era imposible.

El inmobiliario centrado en un territorio concreto, el inmobiliario que trabaja en exclusiva, el inmobiliario que coopera con otros inmobiliarios, el inmobiliario que solo representa a una de las partes involucradas en una transacción, el inmobiliario que, además de ser competente, genera una conexión humanamente empática y cálida con las personas, el inmobiliario que tiene un propósito claro de ayudar a sus clientes en una de las decisiones más trascendentales de su vida, porque comprar o vender una casa afecta a nuestra economía y a nuestra felicidad; ese inmobiliario es más necesario que nunca en un mundo extraño, en un mundo acelerado hacia el futuro.

Este post solo es para dar las gracias a todas esas familias que confiaron en mí en los momentos de mayor incertidumbre. Gracias!!

*Más detalles de mi visión del inmobiliario postCovid en esta entrevista que me ha hecho Álvaro Casas de Witei.  
 

miércoles, 10 de junio de 2020

EXTREMADAMENTE SOCIALES


Una nueva realidad requiere extremar nuestra misión. Pasamos, de un modo radical, de lo comercial a lo social.

No somos vendedores, somos conectores.
No tenemos activos, construimos relaciones.
No atendemos, atraemos.
No vendemos productos, ofrecemos experiencias.
No somos un destino de compras, somos un espacio de valor.
No hacemos big data, cuidamos los pequeños detalles.
No nos centramos en lo financiero, sino en lo humano.

Si necesitas vender o comprar en Calafell.
Somos extremadamente sociales.

viernes, 5 de junio de 2020

TÁCTICA Y ESTRATEGIA


El inmobiliario puede centrarse en las propiedades y las transacciones o en las personas y las relaciones. Son dos formas antagónicas de practicar el oficio.

Si te pasa como a mí, que te interesan más las personas que las propiedades. Si te obsesiona que tus clientes, si compran o venden una casa contigo, vivan una experiencia memorable, tienes que saber que la mejor guía sobre experiencia de cliente la escribió Mario Benedetti.

El escritor uruguayo escribió en 1974 el poemario Poemas de otros. 

Uno de sus poemas, Táctica y estrategia, es una inolvidable metáfora de la experiencia de cliente. 

Aquí lo transcribo y lo acompaño de una versión audiovisual del poema creada por mis amigos de Mind The Gap.   

TÁCTICA Y ESTRATEGIA

Mi táctica es
mirarte
aprender como sos
quererte como sos

mi táctica es
hablarte
y escucharte
construir con palabras
un puente indestructible

mi táctica es
quedarme en tu recuerdo
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
pero quedarme en vos

mi táctica es
ser franco
y saber que sos franca
y que no nos vendamos
simulacros
para que entre los dos
no haya telón
ni abismos

mi estrategia es
en cambio
más profunda y más
simple

mi estrategia es
que un día cualquiera
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
por fin me necesites.

miércoles, 27 de mayo de 2020

EL NUEVO MUNDO, TU HOGAR



Mi propósito es ayudarte en una de las decisiones más importantes de tu vida.

A este propósito hoy le añadiría influir en mis clientes para tener un futuro más consciente y solidario.

Durante muchos días hemos estado encerrados en casa, con mucho tiempo para pensar y con mucho tiempo para apoyar desde la distancia física, que no virtual, a todas esas personas que han confiado en nosotros para vender o para comprar una casa; o, mejor dicho, para acompañarles en ese momento tan importante que moldea su futuro.

En el Confín creo que me he vuelto más sereno y balanceado y he construido (como siempre apoyado en jóvenes artistas de Calafell) la nueva comunicación de immoban.

Todo arranca con este vídeo que ha filmado el joven director de cine Andreu Ortoll.

Espero que te guste.

El nuevo mundo, tu hogar.

viernes, 1 de mayo de 2020

PRIMAVERA EN CALAFELL HACIA 2020


Parece que, poco a poco, vamos viendo la luz al final del Confín.

Son días ideales para que los economistas y los periodistas y los inmobiliarios y los gurús (maestros espirituales en el marco del hinduismo o futurólogos, en el marco del covidismo) hagan sus apuestas.

Unos dicen que el mercado se parará; otros, que los precios caerán; los de más allá, que cambiarán los hábitos de los consumidores y que la gente comprará casas con jardín; algunos prevén que en 2021 ya nos habremos olvidado del bicho; también están las eternas comparaciones con la crisis de 1993 o, con las más reciente, de 2008. 

En fin, contenido para llenar periódicos, entrevistas, revistas del cuore y páginas de Facebook.

Ayer releí del tirón una pequeña obra maestra del ingeniero y escritor Juan Benet: Otoño en Madrid hacia 1950. Un libro de apariencia menor dentro de la novelística del autor de Volverás a Región en el que, sin embargo, Benet alcanza cumbres únicas de gracia, malicia y gestualidad que le hubieran, de pretenderlo, colocado en primera fila entre los cómicos.

En uno de los pasajes más divertidos de Otoño en Madrid, Benet no se resiste a contar una conferencia en la que el Profesor Félix de la Fuente (creador de un sistema filosófico basado en el conocimiento científico del universo pero que gozaba de innumerables ventajas para la vida cotidiana) expuso su sistema filosófico al que había bautizado con el nombre de "absoluto-relativismo".

Transcribo la disertación de de la Fuente al completo porque no tiene desperdicio:

"Voy a explicar a ustedes, señoras y caballeros, la esencia del absoluto relativismo, un sistema filosófico original mío, basado en la concepción científica del universo"; parece que con tales palabras inició el Profesor Félix de la Fuente su disertación. "Pero para que ustedes, sin duda ignorantes de los principios de la ciencia moderna, alcancen las bases de tal sistema nada mejor que empezar con un ejemplo, de fácil comprensión: imaginen ustedes, señoras y caballeros, un hombre dotado con un miembro viril como de aquí a Madrid. Todos ustedes exclamarían al unísono: ¡vaya verga!" Al llegar ahí se produjeron murmullos, numerosos abandonos y la audiencia quedó reducida a la mitad. Pero si de algo no carecía el Profesor Félix de la Fuente era de aplomo y flema para continuar: "Ahora bien, imaginen asimismo que tal caballero tuviera una estatura como de aquí a la Luna. Estoy seguro de que no vacilarían ustedes en exclamar: ¡menudo desmingado!" Allí concluyó la disertación del Profesor Félix de la Fuente.
Pues eso, a partir del 4 de mayo, los inmobiliarios volveremos, poco a poco, al trabajo.

viernes, 24 de abril de 2020

LA CIENCIA Y EL ARTE

"No eres una más de una multitud de piezas intercambiables, sino un ser humano único, y si tienes algo que decir, dilo y valórate a ti mismo mientras aprendes a decirlo mejor"

David Mamet


El miércoles 22 acompañé de nuevo a Fernando García Erviti en Inmociónate en casa. En una edición especial en la que él entrevista a los invitados y yo trato de trasladar lo que cuentan al terreno inmobiliario. Por allí ya han pasado el publicitario José María Roca de Viñals y los bomberos Joan Borràs y Marc Castellnou. Y, como decía, el miércoles pasado, charlamos con el cofundador de idealista Fernando Encinar.

Fernando Encinar es un gran experto del mundo digital y nos habló del comportamiento de los usuarios en su portal inmobiliario en estas semanas extrañas, de las últimas aplicaciones que han incorporado y de qué cambios puede producir el aprendizaje digital en el comportamiento de los consumidores y en la forma de trabajar de los agentes inmobiliarios.

Coincido plenamente con Encinar en que el big data, las valoraciones automáticas o los tours virtuales hacen que los inmobiliarios sean más eficientes y que pueda mejorar la experiencia de nuestros clientes. Sin embargo, si bien es cierto que la ciencia y la tecnología son un avance del ser humano (un avance científico, la ética daría para otro debate), al agente inmobiliario (abrazado a la tecnología, sin duda) le quedará algo difícil de tecnificar: el arte.

En nuestro oficio hay aspectos, quizás, imposibles de digitalizar. Aquí van unos ejemplos.

La conexión humana con nuestros clientes. El conocimiento detallado del mercado local. La finura en la valoración de los detalles que influyen en la fijación de una estrategia de precio. Nuestra capacidad de diferenciar entre lo que quieren nuestros clientes y lo que, en realidad, necesitan. La representación, que no hace que los compradores compren mejor al lado de un inmobiliario que si lo hacen sin agente, sino que lo que permite a los consumidores es que vendan mejor, o compren mejor, si tienen un buen agente que les representa sin intermediar. O la capacidad que tenemos los inmobiliarios locales de seleccionar de esa cantidad enorme de datos los datos mas relevantes que permitirán a nuestros clientes tomar las mejores decisiones para sus intereses.

En fin, no nos asustemos por la tecnología (Encinar también lo dijo), abracemos la tecnología y abracemos el arte. 

Un cocinero no es un artista: el cocinero sigue una receta, y es buen cocinero si la sigue correctamente. Un chef es un artista. Es artista cuando se inventa una manera nueva de cocinar o un plato nuevo que provoca sorpresa, emoción o placer a la persona para la que lo ha creado.

Algunos agentes se quejarán de la tecnología, se asustaran por el mercado que viene, evitarán el cambio. Otros, en cambio, tendrán ganas de volver a su trabajo, verán los cambios en su mundo profesional como una oportunidad. Del mismo modo que los soldados saben que de una guerra surgen generales, estarán motivados y preparados para utilizar la ciencia para su arte.

Y no nos quedará más remedio que contratarles.    


jueves, 23 de abril de 2020

IMPREDECIBLE


Unas semanas antes del Covid-19, los organizadores de Inmociónate me invitaron a hacer una master class en el próximo Inmociónate (que se iba a celebrar en junio, en Benidorm). La única "condición" que me pusieron es que no fuera El poder de la exclusiva, que hiciera algo nuevo. Acepté el reto. Y durante varios días le dí vueltas a la cabeza. 

Finalmente decidí que en lugar de dar respuestas, que es lo que intento hacer en El poder de la exclusiva, iba a hacer preguntas. Algunas de esas preguntas que modulan el oficio de agente inmobiliario. Y mi intención era que entre todos los asistentes a la master class encontráramos las respuestas.

Lo siguiente que hice fue buscar un título: Impredecible. Porque las cosas sin título no existen y porque tengo la mala costumbre de empezar poniendo un título y luego intento llenarlo de contenido.  

Pero llegó un virus impredecible y todo se fue al garete.  

Este es el artículo que ha publicado el último número de la revista Inmobiliarios en el que escribo un primer esbozo de esa charla que no se hizo y que espero algún día retomar.


IMPREDECIBLE
(Revista Inmobilliarios número 57, Q2, 2020)

Entra Josep Lluís Ortínez (nombre ficticio) en immoban y me dice que no está seguro de vender su casa, que no tiene claro cambiarse a un piso,… Mientras habla, busco su expediente, saco el contrato de exclusiva y lo rompo. “Ya no está en venta,” le digo. Faltaría más.

A María Antúnez (nombre ficticio), antes de visitar su casa, le pongo deberes: “Tienes que leer mi blog.” Al cabo de dos días, cuando me abre la puerta de su casa, me dice, “He leído tu blog.” Y me contrata, por supuesto.

Hace veinte años ayudé a Gaspar Monterde (nombre ficticio) a comprar su apartamento de Calafell. Anteayer entró en mi tienda, hacía mucho tiempo que no nos veíamos, y le recibí con un “¡Hombre señor Monterde! ¡Cuánto tiempo! ¡Cómo estamos!” Se quedó sorprendido y me encargó la venta del apartamento.

Durante años tuve pesadillas. Entraba alguien por la puerta de immoban para preguntarme cómo iba la venta de su casa y yo no lo conocía. No recordaba su nombre.

Durante años sentía que algunas cosas que hacía no eran éticas, sentía (de un modo muy intuitivo) que algo chirriaba. Me sentía siempre “en medio” de dos partes con intereses totalmente contrapuestos. Los vendedores querían vender caro y los compradores, comprar barato. Y yo quería cobrar. En un mercado de vendedores me ponía al lado de los vendedores y en un mercado de compradores, pues de los compradores. O, a veces, difundía información confidencial: “Aprieta, tienen que vender.”

A mí la exclusiva (que, en definitiva, solo es una modalidad de contrato) la verdad es que me la sopla bastante. De hecho las rompo, como en el caso de Josep Lluís. A mí lo que me obsesionaba era salirme de “en medio.” Para ello necesitaba trabajar solo en exclusiva y cooperar con mis colegas locales. En 2009, me dejé hasta la última gota de sudor para convencer a los inmobiliarios de mi ciudad de las ventajas de trabajar en exclusiva y de cooperar. Había leído SOLD de Fernando García Erviti y Dionisio Escarabajal, había conocido el blog Inmobiliarios 2.0 y había descubierto la existencia de CRS. Me sentía con recursos (o lo disimulaba muy bien) para hacerles ver a los inmobiliarios de mi localidad que, si trabajábamos de otro modo, podíamos ser útiles, y respetados, para la ciudadanía, para el kilómetro cero, para nuestra comunidad.

Y lo hicimos.

Y entonces pude hacer lo que realmente quería hacer. No era la exclusiva, no era cooperar. Era salirme de “en medio” y representar a solo una de las partes involucradas en una transacción inmobiliaria. Era dejar de tener conflictos éticos internos. Era saber en todo momento para quién estaba trabajando. Era poder resolver dudas con una sola pregunta: “¿Es bueno para mi cliente o no es bueno para mi cliente?”

Desde 2009 solo trabajo en Calafell, solo trabajo con vendedores, solo trabajo en exclusiva y solo trabajo con recomendaciones.

Me siento bien. Aunque sigo haciéndome las mismas preguntas una y otra vez; porque persigo incansablemente lograr la maestría, imposible, en el oficio de agente inmobiliario.

¿Qué es un cliente?

¿Qué es un inmobiliario?

¿Qué es la exclusiva?

¿Qué es representar?

¿Qué es cooperar?

¿Qué es competir?

¿Qué es una MLS?

¿Qué es la formación?

¿Qué es aprender?

¿Qué es la autonomía?

¿Qué es la maestría?

¿Qué es el propósito?

¿Qué son las personas?

¿Qué es el miedo?

¿Qué son los hábitos?

¿Qué es la confianza?

¿Qué es el compromiso?

¿Qué son los contactos?

¿Qué es prospectar?

¿Qué es atraer?

¿Qué es el efecto conector?

¿Qué es elegir?

¿Qué es la calidez?

¿Qué es un método?

¿Qué es el coste?

¿Qué es el precio?

¿Qué es el valor?

¿Qué es el duelo?

¿Qué es la aversión a la pérdida?

¿Qué es el efecto ancla?

¿Qué es decidir?

¿Qué es un ‘no’ positivo?

¿Qué son las objeciones?

¿Qué son las emociones?

¿Qué es la irracionalidad?

¿Qué es la estrategia de precio?

¿Qué es la actitud?

¿Qué es la persuasión?

¿Qué son las historias?

¿Qué es el marketing?

¿Qué es un equipo?

¿Qué es la recomendación?

¿Qué es la moneda social?

¿Qué es el respeto profesional?

¿Qué es el aprecio personal?

¿Qué es el éxito?

¿Qué es crear?

¿Qué es inspirar?

¿Qué es sorprender?

¿Qué es IMPREDECIBLE?

Nos veremos en Inmociónate (en casa, añado hoy).




sábado, 18 de abril de 2020

DESDE EL CONFÍN

"Trabajar es resolver los problemas de otras personas"

Esko Kilpi


Días de confinamiento. Días de crisis. Días extraños.

De esta crisis saldremos, no sé cuándo, pero saldremos. Y algo habremos aprendido. O algo deberíamos haber aprendido; porque, cuando salgamos a las calles del mundo, tendremos  que apagar muchos incendios. Tendremos que ayudar a resolver muchos problemas. Trabajar es eso, ayudar a resolver los problemas de otras personas.

Y los inmobiliarios seremos muy necesarios.

Por esto ahora, debemos aprovechar estos días extraños para compartir y para aprender. Para pulir cosas que ya hacíamos bien y para aprender nuevas cosas que vamos a necesitar para ayudar a nuestros equipos, a nuestros clientes y a nuestros ciudadanos.

En estos días de Confín, estoy leyendo y estoy asistiendo a videoconferencias, tanto inmobiliarias como de otros campos o de otros mundos; porque la inteligencia es nuestra capacidad de mezclar cosas o, como decía Steve Jobs, de conectar los puntos.

También he participado en algunas charlas. En unas para compartir cómo me he adaptado a estos tiempos y en otras para para presentarles a mis colegas inmobiliarios personas que conozco de otros mundos.

Comparto aquí cuatro de ellas por si a alguno de mis lectores le apetece escucharnos.

Un abrazo desde el Confín!!


*Cómo adaptarte como inmobiliario a estos tiempos. Compartida para 1.000 oyentes de Academy by Habitaclia & Fotocasa y para 300 de Unexia.
 


*Con Fernando García Erviti. Entrevista al publicitario José María Roca de Viñals, vicepresidente y director creativo de DDB Spain.




*Resumen del Instagram Live con Carlos Rentalo.




*Con Fernando García Erviti. Entrevista a los bomberos Joan Borràs y Marc Castellnou, expertos en toma de decisiones en momentos de incertidumbre.



**La imagen que encabeza el artículo la he tomado de latercera.com.

sábado, 28 de marzo de 2020

INMOCIÓNATE EN CASA

Cuatro veces al año comparto el taller El poder de la exclusiva; también organizo, cada mes de marzo, el evento inmobiliario de Calafell y he asistido, en junio, a las diez ediciones de Inmociónate. Básicamente, con alguna excepción, estas son mis únicas salidas anuales de mi rutina en immoban y de mi trabajo con mis clientes.

Este año, los motivos ya los sabemos muy bien y no quiero ser trágico ni repetitivo, Inmociónate se ha cancelado, pero los organizadores han tenido la buena idea y la generosidad de crear un Inmociónate online. 

A diario puedes acceder a charlas, abiertas para todos, desde la web de Inmociónate.

El miércoles 25 de marzo tuve la fortuna de participar en Inmociónate en casa junto a un grupo muy interesante y variado de colegas inmobiliarios.

Fernando García Erviti dirigió la sesión en la que Jorge Guerra (de Florida) habló de tecnología, Leonardo Cromstedt (el CEO de Keller Williams España) recomendó el libro Shift, Marcelo Di Mitrio (de Buenos Aires) nos contó que en su país los inmobiliarios viven en una situación de crisis permanente, Ruth Blanco (presidenta de la asociación de mujeres inmobiliarias AMPSI) destacó la importancia de mantenernos juntos a través de las asociaciones, de los colegios o de las MLSs e Ivan Tambasco (agente de Buenavista Real Estate) explicó un proyecto maravilloso en el que un grupo de inmobiliarios voluntarios están ayudando a encontrar alojamiento al personal sanitario (aquí tienes el enlace por si quieres colaborar con ellos Emergency Home). 

A mi me tocó el papel de hacer balance de lo que habían contado mis amigos inmobilarios y de lanzar un mensaje de prudencia y esperanza. Lo puedes escuchar desde el minuto 40.

¡Saldremos de esta!


sábado, 21 de marzo de 2020

SOMOS FRÁGILES



Hace unos meses el señor F me encargó la venta de su piso de Calafell. Vino recomendado por un buen colega inmobiliario de Zaragoza. Nos sentamos en el sofá y me contó un montón de cosas. Nació en el 39 (malos tiempos para la lírica), fue empresario, insistía en sus relaciones con el mundo comercial, de hecho, cuando me dejaba decir algo ("el valor de mercado no lo pone ni el vendedor, ni el comprador, ni el tasador, ni el inmobiliario; el valor de mercado, lo pone el mercado"), automáticamente lo repetía él, como si lo estuviera adoptando por si algún día le tocaba volver a salir al mundo comercial. 

F es un señor con un carácter expansivo. De estas personas que hablan y que tienen la habilidad de enlazar una historia con otra, una vivencia con otra, una anécdota con otra. Con una virtud. No cansa ni aburre. Es de estas personas que estarías horas escuchándolas. 

Me contó que, poco después de casarse, viajó en tren a Barcelona con su esposa y que, al pasar por la costa de Calafell, le dijo: "Isabel, mira qué bonito, este es un lugar ideal para que, cuando tengamos hijos, podamos pasar los veranos familiares."

Y en julio de 1986, Ángel e Isabel, compraron un apartamento en Calafell.

Ahora, los achaques de la edad les impulsan a venderlo. 

Y en eso estamos.

II

Hace unas semanas el señor F me llamó para decirme que se encontraba flojo y que le había hecho un poder a su hijo para que se encargara de todo lo relacionado con la venta del piso de Calafell. De sus tres hijos, J, era el más avispado para cuestiones inmobiliarias. Había trabajado en una promotora y, de hecho, me dijo Ángel que cuando le dijo a su hijo que el valor de mercado lo pone el mercado, éste le aconsejó ajustar un poco el precio para ver si nos acercábamos al valor. 

Hablamos de nuevo un buen rato por teléfono. Me contó varias historias enlazadas y soltó algo que le había dicho yo en su momento. Es una habilidad de las personas atentas y despiertas: "Parece que estamos alejados de los peces; a ver si con este ajuste que ha propuesto mi hijo, pescamos." 

Al terminar me facilitó el teléfono de su hijo.

III  

La semana pasada me llamó de nuevo el señor F para comunicarme algo dramático. J acababa de morir de manera súbita, de un infarto agudo de miocardio.

Me quedé mudo. Mi corazón se detuvo. 

CODA

Ahora me imagino a dos viejitos confinados, golpeados por el destino y por lo peor que nos puede pasar en la vida, la muerte de un hijo. Y no puedo dejar de pensar en la fragilidad del ser humano.

Somos frágiles. Nosotros que nos creemos el centro del universo y de golpe viene una bacteria (o un ataque al corazón), algo absolutamente microscópico, y ¡pam! para el mundo. Y se abre un paréntesis en el que parece que el tiempo se detiene y nuestra preocupación es cómo vamos a captar pisos, cómo vamos a vender pisos, sin darnos cuenta de nuestra fragilidad. Somos tan frágiles como esos malditos ladrillos.

Vamos a celebrar que estamos vivos. Ángel e Isabel nos necesitan fuertes.

  


    

lunes, 16 de marzo de 2020

DECÁLOGO DE IMMOBAN EN TIEMPOS CONVULSOS



1. Los agentes de immoban tranquilizaremos a nuestros clientes que tienen operaciones en marcha para buscar soluciones y, si es necesario, para alargar los plazos de los contratos.

2. Los agentes de immoban no haremos llamadas de seguimiento a compradores para animarles a comprar, solo haremos llamadas para mantener los ánimos y las relaciones.

3. Los agentes de immoban no llamaremos a vendedores para hacerles bajar los precios. Solo les llamaremos para transmitirles un mensaje de esperanza. Cuando acabemos con el virus, volverá la actividad inmobiliaria.

4. Los agentes de immoban no haremos, por hacer, teletrabajo. Nos conectaremos a primera hora de la mañana y de la tarde y mantendremos los móviles activos para urgencias y soluciones. El resto del tiempo estaremos con nuestras familias.

5. Los agentes de immoban no enviaremos mensajes masivos ni haremos lo que nunca hemos hecho, vender.

6. Los agentes de immoban aprovecharemos estos momentos para leer, estudiar, aprender y crecer; para que, cuando esto termine, estemos más preparados como profesionales y como personas.

7. Los agentes de immoban nos ofrecemos a ayudar a las personas mayores o con problemas de salud de nuestra comunidad, de Calafell, que lo necesiten.

8. Los agentes de immoban seguiremos las indicaciones de las autoridades de sanidad.

9. Los agentes de immoban saldremos de esta situación delicada más conscientes, menos consumistas, más unidos al medio ambiente y más implicados que nunca para dejar un futuro mejor a nuestros hijos.

10. Los agentes de immoban os pedimos calma, cabeza, prudencia y autorresponsabilidad. Juntos somos más fuertes.

jueves, 12 de marzo de 2020

LAS MUSAS NO EXISTEN

"La imperfección inspira invención, imaginación y creatividad. 

Debes estimularla"

Jhumpa Lahiri 


Me gustan las personas imperfectas, los libros imperfectos, las canciones imperfectas y los eventos inmobiliarios imperfectos.

Un evento inmobiliario perfecto es aquel en el que, durante el día, van pasando inmobiliarios por el escenario para hablar de asuntos inmobiliarios (ya sabes) y, al final de la jornada, sube un conferenciante estrella a dar una charla magistral y todos decimos, ¡wow!, que buena conferencia, pero lo mejor ha sido el networking, reencontrarme con mis amigos inmobiliarios. ¿Y la comida? Bueno, la comida, no ha estado mal.

Me gustan los eventos inmobiliarios en los que para desayunar hay mongetes con botifarra y choricitos en aceite.

Me gustan los eventos inmobiliarios imperfectos.

Durante ocho años intenté crear un evento inmobiliario imperfecto y nunca tuve la sensación de haberlo logrado. Algunos años fue demasiado perfecto y otros, demasiado imperfecto.

En AIC20 creo que nos acercamos al nivel de imperfección que siempre había imaginado. 

Conseguimos ese ritmo, ese tono, esa armonía, ese evento imperfecto. 

Empezar muy fuerte, bajar al suelo, mezclar, acariciar y descansar para volver a empezar, muy fuerte, sorprender y emocionar, sacar al conferenciante estrella el penúltimo y volver a aterrizar. Una sinfonía impredecible. 

A las 10:00 (puntuales), Sergi Corbeto arrancó duro AIC20 con Las 7 musas de la inspiración, un ejercicio intelectual, parido desde cero, con el que quisimos decir al público que este evento va de mongetes con botifarra o de disrupción, que ni Corbeto sabe lo que es. Y bajamos a lo clásico, al empresario Juan Monzón, empresa familiar y crecimiento, una vuelta a los básicos. 

Tras el descanso aparecieron los inmobiliarios en el escenario. Desde la inspiración de Jordi Pol hasta la sensibilidad de Carmen Artero, pasando por la rebeldía del DJ Frank Morín y la mente matemática de Javier Ortega, que planteó una mini conferencia sobre la inspiración como si fuera un problema de química. ¡Ah! Gloria Dolón y Mandela y la flema británico-madrileña de Jacobo Armero consiguieron algo que nunca había sucedido. (Os voy a contar, entre paréntesis, un pequeño secreto de AIC. Entre el público siempre coloco a tres topos. Tres buenos amigos que no son inmobiliarios y que han venido a todas las ediciones. Son un jefe de bomberos, un especialista en vinos y un directivo de una multinacional de material eléctrico. Ellos me dan el feedback sincero del evento. De los snacks inmobiliarios me dijeron que, gracias a su mezcla imperfecta, habían sido de lo mejor del evento. Me sentí muy orgulloso de mis colegas). Y, para terminar la mañana, bajamos a la caricia, al cuento inspirador de Nathalie Detry.

Y fuimos a comer, nada de hoteles de cinco estrellas, fideuá en el paseo marítimo de Calafell, mezclados con la gente del pueblo, que es donde deben estar los inmobiliarios.

A las 16:15 volvimos a coger impulso con la fuerza de los mensajes de Èlia Guardiola y bajamos de nuevo a la imperfección, a la historia de la artista polivalente Lara Sajén, un torbellino de normalidad. 

Un pequeño descanso para digerir todo lo que estaba ocurriendo y escuchar al conferenciante "estrella", porque al filósofo y director de orquesta Íñigo Pírfano lo pondrías para cerrar cualquier evento menos el de Calafell. ¡Qué tono! ¡Qué ritmo! ¡Qué capacidad de inspirar! Una sinfonía perfecta entre la filosofía y la música. Y vuelta a la normalidad, a la travesía imperfecta, de Chile hasta Alaska, que hizo el fotógrafo Juan Sisto, ligero de equipaje.

Deseo haberos inspirado. Y recordar a Corbeto. Las musas no existen, TÚ sí... y con eso te vale.       


miércoles, 12 de febrero de 2020

CALIDEZ Y COMPETENCIA

"La importancia de las personas en cómo hacemos nuestro trabajo está por encima de lo que hacemos"

Chris Malone y Susan T. Fiske

En el verano de 2012, Theresa Cook, de ochenta y cuatro años, se estaba muriendo de un cáncer de páncreas en un hospital de Nashua, New Hampshire. Su nieto de veintiún años, Brandon, estaba al lado de la cama de su abuela, sin saber cómo ayudarla, ella ya había perdido el apetito y la comida del hospital no le gustaba. Lo que a ella realmente le apetecía, según le dijo a Brandon, era su comida favorita: sopa de almejas en un bol de pan de la panadería Panera del barrio.
Era martes, y cuando Brandon llamó a Panera de Amber Street, descubrió que en verano solo hacían sopa de almejas los viernes. Brandon les dijo que probablemente su abuela no podría esperar. En tres días, ella no podría comer nada. Suzanne Fortier, la directora de Panera de Nashua, se puso al teléfono y, sin más, le pidió que fuera a la tienda. Les contó a sus empleados el pedido especial y se pusieron manos a la obra, rompiendo las reglas y poniendo una olla de sopa de almejas en el fuego. Cuando llegó Brandon desde el hospital, su pedido ya estaba listo para llevárselo, junto a una bolsa de galletas para él. Suzanne le dijo a Brandon que no tenía que pagar nada y que la mantuviera informada. También le insistió en que, si su abuela necesitaba más sopa, solo tenía que llamar de nuevo.
Brandon volvió a casa ese día y actualizó su estado de Facebook. Hizo un pequeño resumen de la amabilidad que Suzanne Fortier y su equipo tuvieron con él y su abuela. En pocos días, el comentario de Brandon en su Facebook tenía 730.000 "me gusta" y 24.000 comentarios. 
Esta pequeña (y maravillosa) historia la he leído en The human brand de Chris Malone y Susan T. Fiske. Un libro estupendo, en el que los autores, analizan en profundidad que sentimos una atracción espontánea e inmediata cuando detectamos en los demás signos de calidez y de competencia. Los juicios de calidez y competencia nos obligan a sentir amistad hacia algunos y rechazo hacia otros. Los juicios de calidez y competencia explican por qué algunos inspiran nuestra lealtad mientras otros provocan solo sentimientos de sospecha. 

Como dicen los autores, una persona que demuestra tanto calidez como competencia inspira en nosotros sentimientos de confianza y admiración, lo que nos motiva a buscar una relación continuada con esa persona. Alguien que muestra competencia y ausencia de calidez, sin embargo, tiende a despertar en nosotros envidia y desconfianza, mientras que alguien que se percibe como cálido, pero no competente, despierta sentimientos de pena y compasión. Una persona que muestra bajos niveles de calidez y competencia a menudo provoca sentimientos de desprecio y rechazo.

Seamos cálidos y competentes (como Suzanne Frontier y su equipo).