Uno de los rincones que más me gusta de Calafell es la taberna marinera L'Espineta. Este espacio mítico, convertido en restaurante, lo regentan los hijos del editor y poeta Carlos Barral y de su esposa Yvonne. La carta, basada en el pescado y el marisco de temporada, es corta y contundente: las sardinas de Vilanova a la plancha, las patatas viudas, el bacalao con ali-oli y, sobre todo, los postres caseros son algunos de los manjares más recomendables del establecimiento.
La taberna ocupa una de las pocas casas de pescadores que mantiene con vida la playa de Calafell y, durante la década de los setenta, se sentaron en sus mesas Jaime Gil de Biedma, José Agustín Goytisolo, Juan Marsé -quien todavía tiene casa en Calafell-, Mario Vargas Llosa o Gabriel García Márquez, entre otros muchos escritores.
El sábado fui a cenar a L'Espineta con mi mujer, Yolanda, y con nuestros amigos Miquel y María. Al café se unieron Iván y Mar. Cenamos bien y recordamos viejas historias de la comunidad de pescadores de Calafell.
Al acabar la cena, escribí en Facebook:
No hay comentarios:
Publicar un comentario