Tengo la sensación que los "brotes verdes" están creciendo hacia el subsuelo como las patatas. Por este motivo, a mis clientes vendedores les digo: "vende hoy, no esperes a mañana". Desde ImmoBan somos muy conscientes de que solo podemos trabajar con propietarios "realistas", no apretados en demasía por la "hipoteca" y con "necesidad" de vender. Cada mes mantenemos contacto con decenas de familias (o de propietarios para ser más exactos, pues tanto pueden ser familias como promotores como entidades bancarias) que, por un motivo u otro, quieren vender su propiedad de Calafell. Sin embargo, solo unas pocas cumplen los tres requisitos indispensables: REALIDAD, DEUDA y NECESIDAD.
Si la "deuda" es superior al valor de mercado del inmueble, no me queda más remedio que consolar al propietario y decirle con franqueza que le va a tocar padecer. Si no hay "necesidad", le recomiendo que no venda, que ha escogido mal momento. Ahora bien, si lo que falla es el esconderse de la "realidad" entonces me pongo serio y le hago ver (o, al menos, lo intento) que se equivoca porque, además, intuyo o huelo que esto va a empeorar o, dicho de otro modo, que faltan algunas primaveras para que lleguen los primeros "brotes verdes (o negros)".
La otra parte del negocio, como no, la forman los compradores. A éstos no les escondo, para nada, mis pensamientos acerca de los "brotes". Ahora bien, si pueden pemitirse económicamente la adquisición de una vivienda y si confío en que la vivienda que les estoy ofreciendo es, digamos, "vendible hoy" (es decir, una propiedad nueva, seminueva o reformada; bien ubicada, con algunos elementos especiales -un solarium, unas vistas, unas zonas comunitarias-, con un precio atractivo y, a poder ser, negociable) entonces me transformo y me da un ataque de chulería y a la pregunta "¿dicen que los precios bajarán más?" contesto: "sí, seguramente bajarán más, pero si a usted le gusta esta vivienda y se puede permitir comprarla no la deje escapar porque ésta no bajará más ya que todas las viviendas como ésta las vendo".
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P.D.: Como es habitual, aprovecho este espacio para felicitar a mi gran amigo Andreu Olivé (recuerdan el de "la incapacidad para el no") que el pasado 26 de julio cumplió 40 años. El sábado 25 por la noche le preparamos una fiesta sorpresa ibicenca en un chiringuito de la playa de Sant Salvador que fue la bomba. Cuarenta colegas, cenita tipo catering y copas y bailoteo hasta las tantas dejaron a Andreuet (y al resto de invitados, claro) alucinado(/-@s).
Demà no potser millor. No podem esperar?
ResponderEliminarMiquel, no entenc el comentari. ¿Què vols dir?
ResponderEliminarGràcies, figura.