Tras una semana intensa y muy fructífera logré cerrar dos ventas y en estos tiempos que corren (el verbo me viene al pelo) me he regalado una mañana de domingo deportiva. Así pues, el pasado domingo participé en la "XXII Marxa pels camins del Penedès" organizada por la Fundación Àngels Garriga de Mata. Sesenta participantes entre marchadores y corredores nos dimos cita a las 9 de la mañana en la entrada de la Fundación para disfrutar -no disputar- de 12 km. (que al final fueron 15, porque me perdí) de bella travesía entre viñedos y olivos por los alrededores de Saifores (Baix Penedès - Tarragona).
Las marchas, marchas de resistencia y carreras de montaña se desarrollan en entornos naturales magníficos y en condiciones generalmente duras (no es el caso de la de Saifores), no aptas para finolis, y tienen la grandeza de que no existe un ambiente competitivo. La dureza de las pruebas es de tal calibre que uno debe luchar contra sí mismo y contra el propio terreno y condiciones metereológicas. Así pues, el ambiente entre los participantes es fantástico y la solidaridad inmensa. El domingo tenía previsto participar junto a mi amigo Miquel Fernández pero un inoportuna lesión le impidió venir. De modo que me presenté en Saifores solo. Sin embargo, en ningún momento tuve la sensación de estar solo. Al contrario, desde el principio entablé relación con el resto de deportistas y me sentí unido a un grupo de "locos" que dedican su tiempo de ocio a machacarse los tobillos y a llenarse de barro y que además pagan para hacerlo (en todas las carreras se paga para participar. Como los masocas, pagamos para sufrir). Me encontré, pues, rodeado de gente amable y compartí con ellos una experiencia estupenda y un merecido desayuno, entre anécdotas y risas, tras la carrera (bocatas, vino, agua, manzanas y café) gentileza de las encantadoras señoras de la Fundación.
Las marchas, marchas de resistencia y carreras de montaña se desarrollan en entornos naturales magníficos y en condiciones generalmente duras (no es el caso de la de Saifores), no aptas para finolis, y tienen la grandeza de que no existe un ambiente competitivo. La dureza de las pruebas es de tal calibre que uno debe luchar contra sí mismo y contra el propio terreno y condiciones metereológicas. Así pues, el ambiente entre los participantes es fantástico y la solidaridad inmensa. El domingo tenía previsto participar junto a mi amigo Miquel Fernández pero un inoportuna lesión le impidió venir. De modo que me presenté en Saifores solo. Sin embargo, en ningún momento tuve la sensación de estar solo. Al contrario, desde el principio entablé relación con el resto de deportistas y me sentí unido a un grupo de "locos" que dedican su tiempo de ocio a machacarse los tobillos y a llenarse de barro y que además pagan para hacerlo (en todas las carreras se paga para participar. Como los masocas, pagamos para sufrir). Me encontré, pues, rodeado de gente amable y compartí con ellos una experiencia estupenda y un merecido desayuno, entre anécdotas y risas, tras la carrera (bocatas, vino, agua, manzanas y café) gentileza de las encantadoras señoras de la Fundación.
---------------------------
*P.D.: el autor de las fotografías de este post es el amable "por naturaleza" Josep Mª Queralt (miembro del Club Atlètic Running) a quien aprovecho para saludar afectuosamente.
Molt bé. ja veig que contra la crisis imaginació. Molta sort i endavant.
ResponderEliminarImaginació i patiment. Ja ho veus, fins i tot m'entreno per patir.
ResponderEliminarSergi, te deixo el meu mail. Un altre dia que facis una marxeta d´aquestes característiques 15-16km, m´apunto.
ResponderEliminarJordi Vidal
melijeni@gmail.com
Perfecte tiu.
ResponderEliminarApuntat, si vols, també, als entrenos canyeros.