“No te preguntes qué puede darte la vida,
sino qué le puedes dar tú a la vida”
Viktor Frankl
Sube veloz al escenario y empieza a lanzar palabras que llegan cual dardos al corazón. Palabras como esperanza o tirar para adelante o compartir o fraternidad o solidaridad o felicidad. Palabras que en su caso no se quedan en meras palabras. Porque ella lleva media vida entregada a ayudar a los más necesitados y, además, les da voz.
La había visto en televisión y en la prensa y en Twitter. Y ayer la escuché en directo en Salou (Tarragona) durante la entrega de los premios de la CEPTA (la Confederación de Empresarios de la Provincia de Tarragona) y me cautivó su magnetismo y su discurso directo y sin fisuras.
Dijo que nos hicieron creer que la felicidad se podía comprar y nos lanzamos al consumismo. Luego, con la crisis, esa felicidad ficticia se desmoronó como un castillo de naipes. Y muchos, muchísimos, se vieron sin nada. Y, ahora, solo entre todos podemos reconstruir una vida mejor para todos. Porque, como dice ella, citando a Federico Mayor Zaragoza:
-¿Qué merece la pena en la vida?
-Que a todo el mundo le merezca la pena vivir.
Mientras la escuchaba, pensé: Compromiso se escribe con la C de Caram, de Sor Lucía Caram.
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