sábado, 8 de agosto de 2009

UN AGENTE INMOBILIARIO DE PUEBLO.

Hace unos meses en el grupo de Facebook creado por la Asociación de Expertos en Formación Inmobiliaria (AEFI) lanzaron la pregunta "¿Qué formación necesita un profesional del sector inmobiliario?". Hoy moviéndome por la red he redescubierto lo que contesté en su momento y me ha parecido interesante trasladarlo a mi blog por si a alguien le puede resultar interesante saber mi punto de vista al respecto de esta cuestión.
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Así pues, como mi formación es fundamentalmente autodidacta y soy algo reacio a la pura y dura teoría inmobiliaria, respondí -con algún que otro toque provocativo- lo que a continuación transcribo.

"Soy un agente inmobiliario de pueblo y se me escapa un poco qué formación debe tener un profesional inmobiliario pero no puede faltar:


1) un conocimiento profundo de su zona de influencia (y no me refiero con ello únicamente a las viviendas de su barrio, de su pueblo...sino a todo lo que se mueve en este ámbito, pues las personas no sólo compran un inmueble).

2) habilidades innatas, experimentadas o formadas para tratar con personas "humanas" y, sobre todo, para escucharles.

3) una memoria de elefante para conocer como mínimo el nombre de todos sus clientes y tantas otras cosas que no hace falta especificar.

4) mostrar seguridad y optimismo sin prepotencia.

5) captar y vender con naturalidad.

6) una formación inmobiliaria continuada y, además, una formación académica nunca viene mal. Estar informado. Leer como mínimo el periódico y escribir sin faltas de ortografía.

7) tener una red amplia de amigos y conocidos.

8) adaptarse y adelantarse al mercado.

9) ser honesto, transparente y mantener una actitud de constante servicio al cliente.

10) último, pero no menos importante, mantener un buen tono físico, una buena imagen sin necesidad de grandes vehículos ni relojes de lujo y hacer el amor apasionadamente".

sábado, 1 de agosto de 2009

VENDE HOY, NO ESPERES A MAÑANA.


Tengo la sensación que los "brotes verdes" están creciendo hacia el subsuelo como las patatas. Por este motivo, a mis clientes vendedores les digo: "vende hoy, no esperes a mañana". Desde ImmoBan somos muy conscientes de que solo podemos trabajar con propietarios "realistas", no apretados en demasía por la "hipoteca" y con "necesidad" de vender. Cada mes mantenemos contacto con decenas de familias (o de propietarios para ser más exactos, pues tanto pueden ser familias como promotores como entidades bancarias) que, por un motivo u otro, quieren vender su propiedad de Calafell. Sin embargo, solo unas pocas cumplen los tres requisitos indispensables: REALIDAD, DEUDA y NECESIDAD.
Si la "deuda" es superior al valor de mercado del inmueble, no me queda más remedio que consolar al propietario y decirle con franqueza que le va a tocar padecer. Si no hay "necesidad", le recomiendo que no venda, que ha escogido mal momento. Ahora bien, si lo que falla es el esconderse de la "realidad" entonces me pongo serio y le hago ver (o, al menos, lo intento) que se equivoca porque, además, intuyo o huelo que esto va a empeorar o, dicho de otro modo, que faltan algunas primaveras para que lleguen los primeros "brotes verdes (o negros)".


La otra parte del negocio, como no, la forman los compradores. A éstos no les escondo, para nada, mis pensamientos acerca de los "brotes". Ahora bien, si pueden pemitirse económicamente la adquisición de una vivienda y si confío en que la vivienda que les estoy ofreciendo es, digamos, "vendible hoy" (es decir, una propiedad nueva, seminueva o reformada; bien ubicada, con algunos elementos especiales -un solarium, unas vistas, unas zonas comunitarias-, con un precio atractivo y, a poder ser, negociable) entonces me transformo y me da un ataque de chulería y a la pregunta "¿dicen que los precios bajarán más?" contesto: "sí, seguramente bajarán más, pero si a usted le gusta esta vivienda y se puede permitir comprarla no la deje escapar porque ésta no bajará más ya que todas las viviendas como ésta las vendo".





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P.D.: Como es habitual, aprovecho este espacio para felicitar a mi gran amigo Andreu Olivé (recuerdan el de "la incapacidad para el no") que el pasado 26 de julio cumplió 40 años. El sábado 25 por la noche le preparamos una fiesta sorpresa ibicenca en un chiringuito de la playa de Sant Salvador que fue la bomba. Cuarenta colegas, cenita tipo catering y copas y bailoteo hasta las tantas dejaron a Andreuet (y al resto de invitados, claro) alucinado(/-@s).