"Hay cosas encerradas dentro de los muros que, si salieran de pronto a la calle y gritaran, llenarían el mundo"
Federico García Lorca
Cruzo ligero el claustro del Hotel Palacio de Santa Paula, iluminado por el primer sol de la mañana, y entro en la antigua capilla, hoy habilitada como sala de conferencias. Ciento ochenta sillas llenan completamente la capilla. El espacio impresiona. Me colocan un micro inalámbrico y estiro un poco los músculos para intentar relajarme.
A las 09:30 h., con puntualidad británica, ciento ochenta inmobiliarios llenan las ciento ochenta sillas de la capilla del Santa Paula. Vienen de Córdoba, de Málaga, de Almería, de Castellón, de Madrid y, por supuesto, de Granada. Tengo la boca seca. Siempre me pasa. Ponerme delante de un montón de gente que tiene el mismo oficio que yo es una responsabilidad tremenda. No porque pueda quedar mal, sino porque la gente hace un esfuerzo en tiempo, en dinero y en ilusiones y sería imperdonable defraudarles.
Bebo un trago de agua y respiro a fondo. Que empiece cuanto antes El poder de la exclusiva. Los amigos de inmobiliariosdegranada.com, organizadores del evento, dan la bienvenida a los asistentes y me presentan cariñosamente.
Salgo al escenario y durante cinco intensas horas cuento, con absoluta libertad, mi forma de ver y de vivir la profesión de agente inmobiliario.
Hablo de la gestión del tiempo, de que nuestro oficio va de elegir y de que nos elijan y de que para lograr ser altamente productivos tenemos que elegir bien a qué y a quién dedicamos nuestro tiempo. Hablo de internet y de cómo lo que puede ser una amenaza se convierte en un aliado para el inmobiliario digital. También hablo de la cooperación y del cambio de paradigma que han supuesto las MLS para el inmobiliario y para los consumidores, sirva de ejemplo el caso de inmobiliariasdegranada.com. Y continúo. Hablo de motivación, de que las empresas no están para motivar a sus equipos, sino para no desmotivarles y para permitir que los agentes tengamos la oportunidad de tener autonomía para desarrollar nuestro trabajo, recursos para conseguir llegar a la maestría en el oficio y confianza para lograr nuestro propósito o nuestra misión. Y hablo de marketing, de que anunciar pisos es aburrido y, en cambio, el marketing creativo de atracción, es divertido. Y luego, por supuesto, hablo de la relación que hay entre las personas y la exclusiva, porque la exclusiva no tiene nada que ver con los ladrillos, sino con un fuerte compromiso con las personas que confían en el inmobiliario.
Y seguro que hablé de más cosas que ya no recuerdo. Y ellos, seguramente, tampoco las recuerdan. Pero esto no es demasiado importante. Me conformo con que el grupo del Santa Paula recuerde que un puto (con perdón) agente inmobiliario de pueblo o que un puto (con perdón, de nuevo) agente inmobiliario de barrio puede llegar a ser un referente para sus clientes y para su comunidad si se centra en las personas y olvida los ladrillos; si siente pasión, entendida como constancia y perseverancia para alcanzar metas a largo plazo, por el oficio y por las personas y si se esfuerza a diario en crecer, en superar la excelencia y en ser nosotros mismos porque, como escribió Wilde, los demás puestos están ocupados.
Gracias amigos. A puto tope!!!
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