"Dos caminos se abrieron ante mí.
Tomé el menos transitado y eso marcó la diferencia"
Robert Frost
Cada cierto tiempo, bueno, en concreto cuatro veces al año, comparto un taller para inmobiliarios al que un día titulé El poder de la exclusiva.
Me gusta llamarle taller porque no es un curso ni una conferencia ni una clase magistral. Es algo más humilde. Un inmobiliario que comparte sus recetas con otros inmobiliarios. Y digo recetas conscientemente, porque la idea del taller procede directamente de los talleres en los que algunos cocineros comparten sus recetas con otros cocineros. Y lo hacen con la única finalidad de compartir recetas, nada más.
Tras cada uno de los talleres, el otro día los conté y, desde los tanteos iniciales, ya he hecho veintidós, lo que me ha llevado a viajar a Valencia, Badajoz, Barcelona, Santander, San Sebastián, Alicante, Sevilla, Málaga, Almería, Zaragoza, Valladolid, Castellón y Madrid; como decía, tras cada uno de los talleres detecté que, a la vuelta a Calafell, la gente me paraba por la calle y me preguntaba cómo me había ido o me hacían bromas sobre mi vida (creían ellos) itinerante.
Un día se me encendió la luz (y cuando se te enciende la luz tienes que ser rápido porque se apaga rápido) y pensé que esas conversaciones con vecinos y con clientes sobre el taller El poder de la exclusiva podía convertirlas en una campaña de marketing. E inmediatamente hice un tampón que simula un tattoo y luego camisetas y después flyers y pusimos una valla de tres por ocho metros en la entrada de Calafell y después hice una gorras negras con el logo y, cuando se agotaron, hice una edición limitada de gorras militares con un parche que tiene bordado el logo de El poder... Y todo esto me ha servido para crear una marca y para generar ruido y conversación.
El lunes la peña de ImmoBan volvimos al trabajo tras las vacaciones navideñas y en mi mesa me encontré un regalo que me había dejado mi jefe y amigo Ernest Soler. Lo desenvolví y flipé cuando descubrí un mapa de España enorme con el logo de El poder de la exclusiva.
Lo he colgado en la pared que hay detrás de mi mesa de trabajo y he puesto chinchetas de colores en cada una de las ciudades en las que he compartido el taller. La idea no es vacilar, ni mucho menos. La idea es generar ruido y conversación. Cuando los clientes me preguntan (o yo provoco que me pregunten) qué significa este mapa, me lanzo a contarles historias sobre el cambio, sobre la exclusiva, sobre la cooperación o sobre el marketing. Porque desconectamos enseguida si nos dan datos y estadísticas y, en cambio, nos quedamos embobados si nos cuentan historias; porque la información se traslada por el mundo mediante las anécdotas y las historias; porque nos encanta que nos cuenten historias; y porque hablar de pisos es aburrídisimo, mientras que generar ruido y conversación es diferente y divertido.
¡Pasa de los ladrillos y cuenta historias emocionantes a tu gente!
Que grande Sergi!!
ResponderEliminarAbsolutamente de acuerdo, no te contratan ni te conocen por un dossier, sino por lo que transmitesen tus historias.
Per molts anys!!
Gràcies Amic!!!
ResponderEliminar"Dos caminos se abrieron ante mí.
ResponderEliminarTomé el menos transitado y eso marcó la diferencia"
Robert Frost
Brutal !