Los mercados son cambiantes y en cada zona son distintos. Calafell no se puede comparar con Barcelona, ni Alicante con Granada, ni Zaragoza con Bilbao. De hecho, en distintos barrios de Calafell ocurren cosas distintas. Los cambios en el mercado no pueden ser excusa para un inmobiliario. Los condicionantes del mercado no cambian lo que hacemos, cambian cómo lo hacemos.
Hago balance de 2017 y para ImmoBan ha sido un muy buen año. Con un comercial menos hemos mantenido el ritmo de operaciones de 2016. Sin embargo, cuando las cosas van bien es cuando hay que estar más atentos. El miedo a perder es la razón fundamental para competir bien.
Durante 2016 y algunos meses de 2017, en Calafell empezamos a notar una serie de síntomas que indicaban algunos cambios en el mercado: incremento de compradores extranjeros, más confianza en los compradores, más rapidez a la hora de tomar decisiones de compra, negociaciones menos agresivas, compradores que pierden viviendas por querer negociar, apertura de nuevas agencias, vuelta de la promoción de obra nueva tras diez años de parálisis,... Sin embargo, de golpe una crisis política vuelve a frenar el mercado.
¿Todo esto qué significa? Significa que el inmobiliario debe estar muy atento a los movimientos del mercado, pero no puede excusarse en éstos.
Aunque en Calafell, como decía, se han producido una serie de cambios que hacen pensar que se acerca un mercado del vendedor, yo sigo centrado (más que nunca, de hecho he captado en exclusiva una promoción de 44 viviendas que nos va a dar trabajo durante dos años) en el trabajo con el vendedor, en la exclusiva, en la recomendación y en la cooperación; porque sé que, sea cual sea la coyuntura del mercado, el vendedor me va a necesitar y sé que, sea cual sea la coyuntura del mercado, quien controla el producto, controla el mercado.
Esta semana escuché un webinar CRS magnífico de Denny Grimes sobre mercados de bajo inventario, traducido y narrado por Fernando García Erviti, en el que el autor ponía un ejemplo estupendo de la diferencia que hay entre los golfistas profesionales y los amateurs. Los golfistas amateurs, si hace mal tiempo, se quedan en casa; mientras que los profesionales salen (salimos) a jugar, haga buen tiempo o haga mal tiempo.
Que 2018 nos traiga buen tiempo y, si hace mal tiempo, también contar conmigo. ¡Felices Navidades!
Si señor! Con buen tiempo, con mal tiempo y mediopensionista, el profesional siempre está al pie del cañón, ayudando al que necesita vender y al que necesita comprar, aunque a veces no se den cuenta de que les podemos ayudar.
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