"Si tiene remedio, ¿por qué te preocupas?
Si no tiene remedio, ¿por qué te preocupas?"
Ramiro A. Calle
Los vendedores, al empezar, siempre me dicen lo mismo. "No tengo prisa" o "no quiero la exclusiva" o "no firmo nada" o "no lo quiero regalar" o "me costó X" o "el mío es mejor" o "me he gastado mucho" o "¿y si lo vendo yo?" o cualquier otra objeción porque, como es normal, algo les preocupa.
Cuando alguien quiere vender su casa o su piso de Calafell lo primero que quiere es no equivocarse. Y es normal. Es una decisión muy importante.
Ahora estoy leyendo el libro Las exclusivas de mi amigo mexicano, inmobiliario y escritor, Pedro Trueba. Cuenta el autor, entre otras muchas perlas, que algunas investigaciones realizadas en el campo de las ventas muestran que un 73% de los consumidores dicen NO antes de decir SÍ y que hay estudios que demuestran que solo el 8% de los comerciales superan que les digan NO más de cinco veces.
A mi que los vendedores me pongan objeciones no me preocupa en absoluto. En primer lugar, porque sé las respuestas. Y en segundo lugar, porque mi obligación profesional es entender qué es lo que les preocupa a ellos. Porque solo sabiendo, de verdad, lo que les preocupa podré asesorarles y "guiarles" hacia lo que más convenga a sus intereses; a los intereses de las personas que quieren vender.
Cuando alguien dice "no tengo prisa" o "no lo quiero regalar" lo que está diciendo en realidad es "no lo quiero malvender". Y cuando dice "no quiero exclusivas" o "no quiero firmar nada" lo que está diciendo en realidad es "no quiero perder el control y quiero la máxima difusión de mi oferta".
¡Y esto sí me preocupa! Me preocupa estar entrenado y preparado para que mis clientes vendan lo antes posible y por el mejor precio posible. Y me preocupa ayudarles para que ellos tengan el control y puedan tomar las mejores decisiones. Y me preocupa conseguir que sus viviendas tengan la máxima difusión.
Porque esto es lo que me puede hacer diferente, porque esto me puede convertir en el agente elegido y porque a esto no me pondrán ninguna objeción.
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