sábado, 12 de marzo de 2011

(A)GENTE NORMAL.











Sentado frente al ordenador viendo la lluvia tras los cristales. En Calafell llueve. Parece que el tiempo anuncia el fin de mis minivacaciones. Me he tomado una semana de descanso aprovechando las de mi mujer y la semana blanca de los niños. No hemos hecho nada especial. Estar juntos y tranquilos entre nuestro hogar de Calafell y la casa de mis suegros cerca de Barcelona. Paseos, lectura y salidas con los amiguetes. Deporte poco, ando medio lesionado, la edad no perdona. A menudo las vacaciones en casa son las que me aportan más recompensas porque me permiten descansar y desconectar evitando el estrés de los viajes. En Calafell se está bien en invierno sobre todo si el Sol acompaña. Hemos podido tomar el sol en las terrazas del paseo. Un lujo.






Además, durante estos días he aprovechado para sumergirme en la lectura de un libro que andaba persiguiendo desde que FGE me lo recomendó en uno de sus excelentes cursos para agentes inmobiliarios. Curiosamente lo encontré escondido en una estantería de la librería Papiol de Calafell. Parece que me estaba esperando. Se trata de Fluir (flow). Una psicología de la felicidad del autor, de nombre impronunciable y escritura poderosa, Mihaly Csikszentmihalyi. Aunque ando todavía por los primeros capítulos, porque Fluir es uno de esos libros que requieren una lectura lenta y reflexiva, podría llenar páginas de citas y referencias. Me voy a permitir leeros los rasgos característicos del disfrute y la calidad de vida. En muchas ocasiones, tanto en mi vida profesional como agente inmobiliario como en mi vida personal, siento estar en el estado de "flujo" (ese estado en el que te sientes tan involucrado en la actividad que nada más parece importarte). Seguro que muchos os sentiréis identificados:




"Cuando la gente reflexiona acerca de cómo se siente cuando su experiencia fue muy positiva, mencionan por lo menos uno, y frecuentemente todos los rasgos siguientes. Primero, la experiencia suele ocurrir cuando nos enfrentamos a tareas que tenemos al menos una oportunidad de lograr. Segundo, debemos ser capaces de concentrarnos en lo que hacemos. Tercero y cuarto, normalmente la concentración es posible porque la tarea emprendida tiene unas metas claras y nos ofrece una retroalimentación inmediata. Quinto, uno actua sin esfuerzo, con una profunda involucración que aleja de la conciencia las preocupaciones y frustraciones de la vida cotidiana. Sexto, las experiencias agradables permiten a las personas ejercer un sentimiento de control sobre sus acciones. Séptimo, desaparece la preocupación por la personalidad aunque, paradójicamente, el sentimiento acerca de la propia personalidad surge más fuerte después de la experiencia de flujo. Finalmente, el sentido de la duración del tiempo se altera; las horas pasan en minutos y los minutos pueden prolongarse hasta parecer horas. La combinación de todos estos elementos ocasiona un sentimiento profundo de disfrute que recompensa tanto a las personas, que éstas sienten que gastar una gran cantidad de energía para ser capaces de sentirlo es, simplemente, algo útil".


Voy a seguir con la lectura de Fluir, no os lo perdáis. Salud.

2 comentarios:

  1. Las cosas que nos hacen crecer son los sitios a los que viajamos, las personas que conocemos, y los libros que leemos. Fluir enseña la importancia de concentrarte en lo que haces y disfrutar poniéndote pequeñas metas, y conseguirlas. No tanto tener sino hacer. A veces pequeñas cosas... servir una mesa y conseguir que los platos no hagan ruido puede hacer que te sientas un gran artista de lo que haces. La felicidad cotidiana está en aprender a disfrutar de esas pequeñas cosas.

    Algo muy bueno para aprender a disfrutar de nuestro trabajo, sea cual sea.

    Es un gran libro, muy recomendable. Me alegro de que lo disfrutes.

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  2. Leer la calidad de este comentario también es muy recomendable ;)

    Me alegra que me escribas.

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