"La procrastinación es como una tarjeta de crédito: lo pasas estupendo hasta que te llega la cuenta"
Christopher Parker
Hace muchos muchos años ayudé al Doctor M. a comprar un piso en la playa de Segur de Calafell. Fue una operación (hablando de doctores) complicada. Una empresa de Zaragoza había adquirido ese piso a cambio de una deuda pero una serie de cargas y de problemas jurídicos impedían su venta inmediata. Recuerdo que cada semana llamaba a la empresa para preguntar si había alguna novedad y luego llamaba al Doctor para decirle que aún no había novedades. El Doctor se fue impacientando y, cada vez que le llamaba, me decía que solo aguantaba una semana más. Y así fuimos pasando los meses, hasta hacernos amigos en la adversidad.
En esa operación aprendí algo que ya me ha acompañado para siempre. A los clientes debemos mantenerles informados, aunque sea para decirles que no tenemos ninguna novedad, porque ellos esperan que les llamemos y porque, con razón, la principal queja de los clientes es que los inmobiliarios no les llaman nunca. Y otra cosa que aprendí es a no procrastinar; es decir, a afrontar los problemas, porque si damos la cara para dar noticias negativas nos depojamos de un peso y podemos centrarnos de nuevo en lo positivo y porque, como escribe Dan Ariely en Las ventajas del deseo, no procrastinar nos permite soportar el efecto negativo inmediato por el bien de los efectos positivos a largo plazo: "A pesar del acicate de la conciencia, a menudo preferimos evitar hacer inmediatamente ciertas cosas desagradables que sabemos que serán buenas en el futuro".
Esto, los agentes inmobiliarios no nos lo podemos permitir.
Finalmente la operación del Doctor M. terminó bien y esta semana, después de muchos muchos años, ha venido a encargarme la venta de un piso en primera línea de mar de Calafell de una familiar que se ha hecho muy mayor y le hace falta venderlo.
¡Le mantendré informado, Doctor!
El inmobiliario no puede ser una barrera entre sus clientes y la información, sino todo lo contrario.
ResponderEliminarAcertada reflexión. Reportar constantemente a tu cliente es básico. No hacerlo, p.e., por miedo a que se tome mal nuestra opinión solo empeora las cosas.
ResponderEliminarEfectivamente, Fernando y José María, una de las cosas básicas que debemos hacer es mantener un contacto permanente con nuestros clientes (en las buenas y en las malas) y, además, el contacto permanente ayuda a reforzar las relaciones y la confianza.
ResponderEliminarEstoy contigo en lo que dices. Si queremos estrechar los lasos con nuestros clientes y crear relaciones duraderas, debemos mantener y cultivar esa relación. En tu caso el tiempo ha demostrado que esto es así.
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