BORA-BORA.

"Si le sonríes a la vida, la vida te devuelve sonrisas"

 

Antonia y Josep están emocionados. Un grupo de amigos y clientes les rodean para celebrar de un modo sencillo y familiar el 50 Aniversario de uno de los locales emblemáticos de Calafell. Bora-Bora, en los años 60 Bara Bara, fija y representa parte de la historia de un pueblo y es un ejemplo perfecto de la capacidad de adaptación de las personas y las empresas. Los negocios son seres vivos y las personas que los regentan deben centrarse en el cliente. Bora-Bora no vende copas, las copas son una excusa perfecta para sentirse como en casa.

Allá por los años sesenta Calafell pasa de ser un pueblo marinero a ver la llegada del turismo internacional atraido por el Sol y por la belleza del Mediterráneo. La familia Sans abre un pequeña tasca para dar de comer y de beber a los nuevos visitantes. Poco a poco, paso a paso, el negocio va creciendo y eso les permite ir ampliando el local y los servicios que prestan. Con el tiempo, 50 años son muchos años, Calafell sigue cambiando. Bara Bara pasa a llamarse Bora-Bora y deja de ser un restaurante para convertirse en una coctelería. Sin embargo, la esencia no cambia. Bara Bara o Bora-Bora sigue siendo un lugar de encuentro y de relación regentado por damas y caballeros que sirven a damas y caballeros.

El domingo fui con mi familia y mis amigos al Bora-Bora a ver el fútbol, como siempre, y -sobre todo- a acompañar a Antonia, Josep, Toni y Carlota en un dia tan especial para la familia Sans y para Calafell. Cincuenta años de entretenimiento, cincuenta años de historia de un pueblo.

¡ F E L I C I T A T S !