domingo, 6 de mayo de 2012

EL MESTRE.




Hoy el día se ha levantado triste. Acabamos de dar sepultura a Ernest Soler padre, el fundador de ImmoBan. Una maldita enfermedad se ha llevado por delante a alguien que ha sido muy importante en mi vida. Allá por el año 2003, por razones que ahora no vienen al caso, Ernest confió en mí y me ofreció trabajo en su inmobiliaria de Calafell. Tuve varias ofertas pero me decidí por la suya porque mi intuición me dijo que este hombre tenía algo que me faltaba; visión y capacidad para emprender. No me equivoqué. En poco tiempo conseguimos respetarnos profesionalmente y apreciarnos en lo personal, hasta llegar a ser grandes amigos. Lo hemos pasado muy bien estos años, en el trabajo y fuera de él.


Una anécdota siempre ha guiado nuestra relacion. En la entrevista que me hizo antes de contratarme me preguntó, "¿sabes informática?" y yo, decidido, le contesté, "para vender pisos no hace falta saber informática". Esta breve conversación me la recordaba cada vez que me veía utilizar con habilidad el correo electrónico, las redes sociales y hasta un blog y nos servía para echar unas risas. Gracias a Ernest aprendí la importancia de hacer cosas nuevas y diferentes, de cambiar y de avanzar constantemente, de ser generoso y de compartir las cosas que tienes y las cosas que sabes y de andar por la vida con discreción y humildad.

Hoy he leído en El País, "aprendemos a través de la experiencia, imitamos gestos, reacciones y asimilamos valores de nuestros padres, amigos y figuras con las que nos sentíamos identificados y todos ellos han ido conformando nuestro carácter". En algunas situaciones, paro un momento y pienso, cómo reaccionaría Ernest. Sin duda ha sido uno de mis maestros. No inmobiliario, sino de la vida.

Se ha ido un amigo. Me siento triste. Tomaré un gin tonic, como tantos que tomamos juntos, mientras escucho a su querido Serrat.


       

4 comentarios:

  1. Dejamos lo que hemos aportado a los demás, incluyendo lo que hemos aprendido gracias a nuestra experiencia, y lo pasamos a los que continúan nuestra obra. Solo eres empresario si sabes que tu empresa es algo más que tú, algo que te debe sobrevivir en las manos de aquellos a los que tú traspases el mando. No le conocí. Me habría gustado. Pero seguro que era un empresario consciente de que dejaba su empresa en las mejores manos.
    Tanto Ernest como tú, como el resto de la gente del equipo Immoban sois los que tenéis la responsabilidad de seguir con su legado. Seguro que estaréis a la altura. Un abrazo a todos.

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  2. Un abrazo Sergi para todos los miembros de Inmoban y en especial para Ernest. La vida hay que entenderla hacia atrás pero hay que vivirla hacia delante, estoy seguro que desde el infinito estará orgulloso de vosotros tanto como profesionales y más como buenas personas. Un abrazo

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  3. M‘ha emocionat llegir el teu post. M‘havies explicat l‘anècdota, però llegir-la en context, m‘ha arribat molt. Ets afortunat d‘haver tingut un gran mestre, com ell també ho ha estar de tenir-te en el seu equip. Et conec poc, però n‘estic convençuda!!! Es desprèn de les teves estranyables paraules. Ànims, Sergi! Ets gran! MAR

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  4. De nada sirvieron las redes sociales, me han dado la noticia a bocajarro, una persona que sabía de mi aprecio por estos chicos de Calafell. En una semana no he sabido reaccionar. Desde la tristeza me parece poco llamaros por teléfono y más cuando me hubiera gustado despedirme de Ernest al que conocí algo después que tu por lo que veo y que se nos ha ido discretamente, tal como era, una persona humilde y discreta como los grandes. Que tristeza leer tu post...y sí, como dicen por aquí su legado continua en Ernest Jr. y en ti, Sergi. Se habrá marchado satisfecho de ver como ha florecido su proyecto profesional y ¡como habéis crecido como personas!Yo soy testigo. Mucho besos para todos y especialmente para Ernest. Hasta pronto, María E.

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